Profesor, la Arquidiócesis de Santo Domingo – Iglesia Católica, pide al Presidente Abinader y claman a Dios para que no se construya una Presa de Cola en la cabecera del Río Ozama – Microcuenca Río Cuance – Yamasá, ¿podría explicarnos en forma clara de qué se trata, es decir, cuál es el peligro que advierten los religiosos?
R. Construir una presa de cola para almacenar los desechos provenientes de la explotación de una mina de oro, en las nacientes de un río que sirve sus aguas a la capital dominicana, donde vive más de tres millones de almas humanas, no es un simple delito, sino un crimen de lesa humanidad; de ahí que comprendemos perfectamente la inquietud de la Arquidiócesis de Santo Domingo de la Iglesia Católica, cuando pide al presidente de la República, Luis Abinader, mediante un documento, que escuche el reclamo de un conjunto de organizaciones religiosas que están rechazando la construcción de una presa de cola en Yamasá, Monte Plata, para almacenar los desperdicios de las operaciones de la empresa minera Barrick Gold.
Pero este llamado a la máxima autoridad de la nación, no solo lo hacen personalidades de la estatura de monseñor Lorenzo Vargas Salazar, de la Vicaría Episcopal Territorial Santo Cristo de Los Milagros – Bayaguana – Monte Plata, a quien conocemos y respetamos por su compromiso con la vida y la suerte de los habitantes de Los Haitises y ahora con los otros hijos de Dios que habitan en toda la Sabana de Guabatico y la provincia Santo Domingo; si no que voces igualmente autorizadas como Víctor Santos Suriel, expresidente de la Sociedad Dominicana de Geología (SODOGEO), sugiere directamente a la minera canadiense Barrick Gold, evaluar otra zona para la presa de desechos mineros contemplada para construirse en Yamasá, como nos lo explica Odalis Mejía en un amplio reportaje de este mismo periódico.
Aún más, la Academia de Ciencias de la República Dominicana y la Universidad Autónoma de Santo Domingo, para celebrar el “Día de la Ciencia – 2020”, organizaron un panel sobre el Contexto Ecológico de la Loma los Siete Picos y la cuenca del río Ozama, con miras a conocer todas las aristas de la problemática ambiental que se teje con la construcción de una presa de cola y el peligro que encierra para todos los habitantes que viven en los dominios y utilizan las aguas de este acuífero para su sustento y supervivencia.