A propósito de celebrarse hoy el Día del Poder Judicial, quiero tocar un tema que atañe a este importante estamento del Estado, y que, de una forma u otra debe ocupar la atención de cada uno de los dominicanos: Los feminicidios, por el impacto negativo que representan actualmente en nuestro país.
El recién culminado año 2017, cerró aproximadamente con una centena de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. En los primeros 7 días de este 2018, ya se registran varios casos. Según las estadísticas, cada año ocurren unos 102 feminicidios en la República Dominicana, superados únicamente por El Salvador y Honduras en ese sentido.
Desde el Ministerio Público se han implementado un sin número de iniciativas, cuyos resultados han sido fallidos, partiendo del último informe del PNUD, el cual dice que: 2 de cada 5 mujeres mueren por violencia doméstica. Hay que reconocer su labor de dar seguimiento a las denuncias y someter a la justicia a los que intentan o comenten estos hechos.
Mientras, que el Poder Judicial ha quedado peor parado a la hora de aplicar todo el peso de la Ley contra quienes golpean o matan mujeres, cuando ponen en libertad estos hombres, sin ningún sistema de vigilancia que pueda monitorear constantemente sus movimientos.
Si bien es cierto que el Estado ha fallado en cuanto al tema, la familia no se queda atrás dentro de los responsables, por culpa de la cultura machista que impera en el país.
Los discursos bonitos, las marchas y charlas, y hasta la campaña publicitaria “Ni una menos”, que es una imitación de un movimiento feminista argentino, han encontrado el respaldo masivo de la población cada vez que ha sido convocada, empero, queda evidenciado, la falta de medidas drásticas y ejemplares que contribuyan con la erradicación de este flagelo.
Cuando desde el hogar cambiemos la premisa de que la mujer debe estar sumisa a la merced del hombre, que el Ministerio Público y el Poder Judicial en representación del Estado, trabajen de manera conjunta para lograr condenas que se conviertan en paradigmas, entonces podremos decir “Ni una menos”.
Si hacemos lo que una vez dijera el filósofo y matemático griego Pitágoras: “Educad al niño y no será necesario castigar al hombre”,estaremos caminando hacia una sociedad menos violenta y es ahí cuando en verdad diremos “Ni una menos”.