Ninoska Cuevas 
A pesar de enfrentar la posibilidad de meses de prisión preventiva, y en algunos casos, hasta una sentencia condenatoria de varios años, imputados en procesos judiciales en los tribunales de la República Dominicana se han mostrado sonrientes y calmados ante la prensa.
Tal es el caso de Hugo Beras, exdirector del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) e implicado en el caso Camaleón, quien ayer miércoles sonreía mientras era escoltado por tres agentes de la Unidad de Traslado de Alto Riesgo (UTAR) hasta la sala de audiencia de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, donde le conocerían medida de coerción.
De igual forma, Frank Díaz Warden, excoordinador de Despacho y representante de Beras ante el Comité de Compras del INTRANT, se mostró sonriente al levantar su mano derecha hacia arriba y luego apretar su puño.
Asimismo, el pasado martes fue capturada en una fotografía la sonrisa de José Ángel Gómez Canaán (Jochi Gómez), propietario de la empresa Aurix y otro de los vinculados al caso Camaleón, durante el conocimiento de la medida cautelar.
A la lista también se suma Emanuel Rivera Ledesma, señalado por el Ministerio Público como el cabecilla de una red que estafó a decenas de personas con proyectos inmobiliarios, la cual fue desarticulada mediante la Operación Nido. La «expresión de felicidad» de Ledesma se observó durante el proceso de conocimiento de coerción en su contra.
Otra que mostró «hasta los dientes» a la salida de una de las audiencias en su contra fue la autodenominada neurocientífica Elizabeth Silverio Silien, acusada de usurpar funciones en el área de la salud a través del Centro de Terapias Neurocognitivas y Psicopedagógicas Knowledge Land (Kogland).
Mientras que, a Wesly Vincent Carmona (El Dotolcito), condenado a 15 años de prisión por su participación en la muerte del joven Joshua Fernández, se le pudo observar sonriente en varias ocasiones durante el proceso judicial en su contra. Según explicó su padre, Vincent Carmona (Dotol Nastra), esto se debe a que, cuando su hijo se pone muy nervioso, «le da con reírse».
Ah, pero no se puede dejar de mencionar a Gonzalo Castillo, exministro de Obras Públicas y Comunicaciones e imputado en el caso Calamar, quien casi siempre se mostraba sonriente y tranquilo a la entrada o salida de las audiencias.
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