Las puertas son del cielo
las puertas de Madrid.
Cerradas por el pueblo
nadie las puede abrir.
El pueblo está en las calles
como una hiriente llave.
La tierra a la cintura
y a un lado el Manzanares.
Ay río Manzanares
sin otro manzanar
que un pueblo que te hace
tan grande como el mar.
Miguel Hernández
Quizás porque vivir en una media isla agobia. Quizás porque la cotidianidad absorbente y demandante agota. Quizás porque estoy cansada de transitar por una ciudad caótica, de calles asfaltadas a media. Quizás porque estoy hastiada de las bocinas radiales que hablan y opinan de temas que no han estudiado. Quizás porque necesito un poco de paz para leer y escribir sin presiones. Quizás porque mi sueño como académica ha sido siempre dedicarme únicamente a la docencia y a la investigación, como hacen en los países desarrollados; pero aquí la vida me ha impuesto tareas administrativas-académicas que requieren de esfuerzos adicionales. He tenido que escribir cargada de funciones, compartiendo mis pasiones con obligaciones administrativas, necesarias y tediosas. Quizás porque sencillamente, soy humana y necesito respirar aires distintos para recomenzar la faena al regreso.
El Proyecto Connected World, financiado por la Unión Europea en el marco del programa Horizonte 20-20, coordinado por la investigadora y amiga, Consuelo -Chelo- Naranjo Orovio. En él participamos unos 105 investigadores de Europa y América Latina para trabajar temas históricos que van desde la esclavitud, pasando por las migraciones hasta llegar a los procesos de intercambio comerciales y de ideas. Todos historiadores o literatos que nos hemos dedicado a escribir y compartir las ideas. Durante los años que lleva el proyecto, que inició en enero 2019 y finalizará en julio 2024, hemos publicado obras, realizado seminarios, exposiciones, pero, sobre todo, compartido inquietudes y visiones sobre temas y problemas de investigación comunes. Este proceso ha sido enriquecedor. He aprendido a respetar las visiones de los demás y a complementar la mía. Yo, dominico-china-investigadora del Caribe insular, he tenido que entender y comprender a los que nos estudian desde la perspectiva del Caribe continental y desde Europa. Ópticas sin dudas distintas, pero gratamente complementarias.
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En el marco de este proyecto, la Editorial UNIMAGDALENA me publicó en el año 2020 el libro “Volviendo al Caribe”, el cual no ha tenido difusión en el país por razones de las editoras y el mercado reducido del libro en República Dominicana, pero que ha tenido buena acogida en el exterior. Este año han salido a la luz dos obras bajo el marco de Connected World. El primero “La presencia china en el Gran Caribe. Ayer y Hoy”, el cual tuve el honor de coordinar y en el que participaron investigadores de la talla de: Francisco Scarano, Consuelo Naranjo Orovio, Jacqueline Laguardia, Etna Bayona, Ramón Mon, Sonia Bu, Luis Álvarez, Wilson Genao, Fernando Ferrán, José Chez Checo, Miguel Sang Ben y quien les escribe. Esta obra es una historia que comienza con los culíes del siglo XIX, hasta llegar a la migración china de hoy, que es radicalmente diferente. Los otrora migrantes rechazados del ayer, son buscados y anhelados en la actualidad porque son símbolos de inversión fresca. En abril de este año publiqué mi libro “La migración china en República Dominicana. 1961-2018”, también en el marco del proyecto. Una historia que me toca el alma, pues me refiero a mis propias raíces, a mi maravilloso padre, que migró como millones de chinos que zarparon al mar huyendo de la miseria y de la desesperanza.
Así pues, volví a Madrid todo este mes de julio y disfruté de ese tiempo de verano para reencontrar el espacio de escribir sin prisas, de leer sin ataduras, de pensar para proponer nuevas ideas. Continúo con la línea de investigación que por conciencia, herencia y homenaje a mis ancestros seleccioné hace años: China, su historia, sus migrantes y sus enigmas. Trabajaré el tema de la identidad, sus enigmas, sus laberintos, su construcción colectiva y sus silencios. Es un libro que espero que pueda salir a la luz en el próximo año. Tengo otro libro en proyecto que será el producto de una larga y exhaustiva búsqueda de archivos en el Archivo Nacional de Madrid, en el cual se rastrearon los viajes de los culíes en el siglo XIX hacia América. Planes de escribir, los tengo, solo espero que la vida me regale nuevas oportunidades para hacerlos.
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El placer de caminar por las calles de Madrid, volver a visitar mis rincones favoritos, poder hurgar para ver si puedo conocer nuevos secretos, es un respiro maravilloso. Amo sus librerías, sus bibliotecas cargadas de saberes, los archivos cargados de informaciones, las edificaciones que gritan historia a los cuatro vientos… en fin, el placer de caminar por las calles a sabiendas que se respetan las leyes de tránsito, sin el temor a los asaltos de algún desaprensivo; en fin, cambiar la rutina, para recomenzar de nuevo en nuestra maravillosa y caótica jungla que tanto amamos.
El Nilo no sufre márgenes, ni muros
Madrid, oh peregrino, tú que pasas,
que a su menor inundación de casas
ni aún los campos del Tajo están seguros.
Émula la verán siglos futuros
de Menfis no, que el término le tasas;
del tiempo sí, que sus profundas basas
no son en vano pedernales duros.
Dosel de reyes, de sus hijos cuna
ha sido y es; zodíaco luciente
de la beldad, teatro de fortuna.
La invidia aquí su venenoso diente
cebar suele, a privanzas importuna.
Camina en paz, refiérelo a tu gente». Luis Góngora.