Por: Jessica Arno

Este martes 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Gato, y es que para muchas personas estos felinos son uno de los animales preferidos para servir de compañía, incluso hay quienes llegan a considerarlos un miembro más de la familia.

Desde subirse en el sofá, tener su propia casa y hasta dormir en la misma cama de su dueño, son de las cosas que demuestran el cariño y el amor que las personas depositan en estos tiernos mininos.

No cabe duda de que este es uno de los animales más mimados por los seres humanos.

Sin embargo, estos felinos pueden llegar a convertirse en un peligro si no se presta atención a su cuidado, llegando a transmitir enfermedades que pueden poner en riesgo la vida de las personas.

La Toxoplasmosis

Aunque es provocada por un parásito común que puede hallarse en el agua y otros alimentos contaminados, los gatos son el principal agente en donde viven y se desarrollan estos Toxoplasma gondii (nombre científico) llegando a transmitirse a los seres humanos a través de las heces fecales de estos animales.

Según el National Geographic, se calcula que entre el 30 y el 50% de la población tiene este parásito, el cual se convierte en un peligro para las mujeres embarazadas, en cuyo caso le puede transmitir la enfermedad al feto; para las personas con un sistema inmune debilitado este protozoo también puede llegar a ser una gran dificultad.

Mordeduras

Las mordeduras de los gatos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), representan entre el 2 y 50% de las mordeduras de animales a nivel mundial. En este caso las mujeres adultas son las que han tenido mayor incidencia. Que el gato este vacunado contra la rabia es fundamental para que una situación como esta no sea grave.

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Tenencia responsable

Tener un animal en casa implica una responsabilidad que hay que asumir para evitar peligros y garantizar la salud tanto de la mascota como de las personas que habitan en el hogar, evitando con esto que los virus o bacterias, que puedan suponer un riesgo para la vida, lleguen a estos.

Vacunas, aseo, evitar que el animal deambule por las calles para que no contraiga algún parásito y buena alimentación son algunas de las prácticas que implican una tenencia responsable.

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