Gregorian Bivolaru, gurú de una organización multinacional de yoga tántrico, la Federación de Yoga Atman, es acusado de adoctrinar a las seguidoras de su organización para explotarlas sexualmente.
Según nuestras informaciones, confirmadas a RFI por la fiscalía de París, Gregorian Bivolaru fue detenido durante una operación a gran escala contra su red de tráfico de mujeres. Un total de 175 agentes intervinieron simultáneamente en París, Seine-et-Marne, Val-de-Marne y Alpes Marítimos. En total, 41 personas fueron detenidas.
El líder de esta red, que operaba bajo la apariencia del tantrismo, Gregorian Bivolaru, rumano de 71 años, fue detenido en una residencia de Ivry-sur-Seine, en el Val-de-Marne, donde, según el testimonio de las víctimas, había llevado a sus adeptas para «iniciaciones sexuales» al yoga tántrico.
Este gurú, que ya fue condenado en Rumanía por violación de una menor y es buscado por Interpol acusado de tráfico de mujeres, es objeto de una investigación judicial desde julio de 2023 por tráfico de personas, secuestro en banda organizada, violación y abuso de debilidad en banda organizada por miembros de una secta.
Gregorian Bivolaru está considerado como el «líder espiritual» de la Federación Atman Yoga, una galaxia tántrica presente en 31 países, la mayor parte de ellos en Europa. En Francia, opera a través de la asociación «Yoga Integral», con filiales en París, Niza y Poitiers.
Decenas de mujeres secuestradas
Las primeras denuncias significativas de estos presuntos crímenes fueron hechas en julio de 2022 por doce antiguos adeptos a la MIVILUDES, organismo público francés encargado de las derivas sectarias. La investigación corrió a cargo de la OCRVP, Oficina Central de Represión de la Violencia contra las Personas, en particular, a través de su célula de asistencia e intervención en materia de derivas sectarias (CAIMADES), especializada en el control psíquico de las víctimas.
La fiscalía de París abrió una investigación judicial un año después, a partir de las denuncias de tres personas. Según los testimonios de tres antiguas víctimas de Gregorian Bivolaru, recogidos en las últimas semanas por RFI, una decena de mujeres eran retenidas regularmente durante varios días en distintos domicilios de la región parisina, con el fin de satisfacer los apetitos sexuales de este gurú rumano.
En el momento de la detención, según nuestras informaciones, 26 mujeres estaban retenidas en condiciones de hacinamiento y falta de higiene.
Gregorian Bivolaru, llamado «Grieg» por sus seguidores, fundó la asociación original de esta federación en Rumanía, el Movimiento para la Integración Espiritual en lo Absoluto (MISA), en 1990, durante el renacimiento cultural que siguió a la caída del dictador Ceaucescu.
En ese entonces se instauró en MISA un culto a la personalidad de este «gurú», que incluía orgías en su honor. Al mismo tiempo, las autoridades rumanas acusaron a Gregorian Bivolaru de tráfico de seres humanos y evasión fiscal, lo que le obligó a exiliarse.
En 2005 se le concedió asilo político en Suecia, junto con una nueva identidad bajo el nombre de Magnus Aurolsson. Dos miembros daneses del Parlamento Europeo defendieron a Gregorian Bivolaru ante las instituciones europeas, alegando que la acusación era política y que el sistema judicial rumano no era independiente. Ulla Sandbaek, eurodiputada hasta 2004 y miembro del Parlamento danés hasta 2019, era una seguidora habitual de la rama danesa de la federación, Natha. En una entrevista emitida hace unos diez años por un canal de MISA, afirmó que Gregorian Bivolaru era «un hombre de Dios que trabaja en beneficio de la humanidad». Ulla Sandbaek no respondió a las solicitudes de entrevista de RFI.
Un gurú en la mira de Interpol
La asociación y sus profesores fueron expulsados de las federaciones internacional y europea de yoga en 2008 por sus actividades «pornográficas». La Federación Atman, por su parte, afirma que los servicios secretos rumanos torturaron a seguidores para que testificaran contra su fundador, y refuta todas las acusaciones. No obstante, Gregorian Bivolaru fue condenado a seis años de cárcel en Rumanía por violar a una menor, y extraditado desde Francia en 2016. Pasó solo un año detenido, antes de regresar a Escandinavia, donde se han presentado nuevos cargos contra él.
Seis seguidoras finlandesas presentaron una denuncia contra Gregorian Bivolaru por trata de seres humanos, y en 2017 Helsinki emitió una orden de búsqueda internacional a través de Interpol. Desde entonces, Gregorian Bivolaru ha seguido colmando a sus adeptos de prédicas tántricas, desde París o la región parisina.
Según testimonios de antiguos adeptos, los miembros de las asociaciones de Atman eran obligados a trabajar gratis en «clubes de striptease» y salones de masaje, o a rodar películas pornográficas comerciales en Rumanía, Hungría y la República Checa. Estas múltiples formas de prostitución permitirían al movimiento financiarse. Algunos miembros también donan parte de su salario a la organización, o han hecho importantes donaciones para construir nuevos ashrams.