Pandillas atacaron dos vecindarios de clase alta en la capital de Haití el lunes en la madrugada, en una ola de violencia que dejó por lo menos una docena de muertes en las zonas circundantes.
Los pandilleros saquearon viviendas en las comunidades de Laboule y Thomassin, donde algunos residentes llamaron a emisoras de radio suplicando por la pronta intervención de la policía. Esos vecindarios habían permanecido mayormente tranquilos pese al repunte de la violencia de las pandillas en Puerto Príncipe a partir del 29 de febrero.
Un fotógrafo de The Associated Press vio los cadáveres de por lo menos 12 hombres regados en las calles de Pétionville, justo debajo de las comunidades elevadas de Laboule y Thomassin.
Pronto empezó a formarse una multitud alrededor de las víctimas. Uno de los hombres estaba boca arriba, rodeado por un mazo de cartas desparramadas. Otro estaba boca abajo dentro de un camión que sirve de taxi, lo que en Haití llaman “tap-tap”.
Una mujer se desmayó y tuvo que ser asistida por otros, al enterarse de que uno de los muertos era familiar suyo. ”¡Abuso! ¡Esto es abuso! gritó un haitiano, que no quiso ser identificado, mientras alzaba los brazos y se paraba cerca de una de las víctimas. “¡Pueblo de Haití! ¡Despierta!” Poco después llegó una ambulancia que se abrió paso a Pétionville para recoger a las víctimas.
“Nos despertamos esta mañana y encontramos cadáveres en la calle de nuestra comunidad de Pétionville”, dijo Douce Titi, que trabaja en la oficina del alcalde. “La nuestra no es ese tipo de comunidad. Empezaremos a trabajar para retirar esos cadáveres antes que los niños salgan rumbo a la escuela y los vendedores empiecen a llegar”.