El agua, la luna y el cuerpo

El agua, la luna y el cuerpo

El 95% del cuerpo de un embrión es agua, el 80% de un recién nacido es agua, el 70% de un adulto en agua y de un anciano 50 a 60% (Bidault, 2016). Cuando vemos en el cielo la luna llena, sabemos que produce una elevación de la marea (nivel del mar). Se trata de una atracción gravitacional sobre los océanos de la Tierra, causado por la Luna y el Sol, sobre todo de la luna por su cercanía.

Estando los cuerpos humanos constituidos por un porciento tan elevado de agua, ¿acaso la luna ejerce un efecto similar sobre nuestro cuerpo? A lo largo de la historia, muchas culturas han atribuido propiedades místicas y sobrenaturales a la Luna en relación a sus efectos sobre la conducta del ser humano. Los científicos no han podido probarlo.

Sin embargo, resultaría realmente interesante investigar más sobre el asunto. Hay una relación entre los ciclos lunares y la biología. ¿Sera casualidad o causalidad? ¿Realidad directa o indirecta? La duración del ciclo lunar (aproximadamente 29.5 días) es similar a algunos ciclos biológicos humanos, como el ciclo menstrual femenino. Esta coincidencia ha llevado a muchas culturas a vincular los ritmos naturales del cuerpo con las fases de la Luna, especialmente la Luna llena.

La idea de que durante la Luna llena se producen cambios en el comportamiento humano con incrementos en crímenes violentos o conductas erráticas que incluyen la locura, agresividad y violencia parece ser más un mito que una realidad. Algunos estudios iniciales sugirieron posibles conexiones, pero investigaciones más rigurosas y con mayores muestras no han podido replicar estos resultados.

De hecho, los científicos creen que cualquier percepción de un aumento en la violencia durante la Luna llena se debe al sesgo de confirmación, donde las personas tienden a recordar y enfatizar los eventos inusuales que coinciden con la Luna llena, ignorando otros momentos en que ocurren crímenes o comportamientos violentos sin que la Luna esté llena.

No obstante, debemos reconocer que parecería lógico que así fuera. De hecho, el término tan conocido y usado de “lunático” tiene sus raíces en esta creencia. Pese a que, y repetimos, la mayoría de los estudios científicos que han intentado encontrar una correlación entre la Luna llena y un aumento en la criminalidad, el comportamiento violento o los problemas de salud mental han mostrado resultados inconsistentes.

Sin embargo, la posibilidad ha inspirado a muchos. Escritores y cineastas de todo el mundo han explorado los efectos de la luna sobre el cuerpo y la mente humana, a menudo entrelazando el tema con lo sobrenatural, la transformación y la mitología.

En el fondo, tratan artísticamente los efectos de la Luna sobre el agua del cuerpo y su relación con la locura o efectos mentales distópicos. Podemos mencionar algunas obras muy conocidas en el ámbito de la literatura como son: «Drácla» de Bram Stoker (1897 este clásico del terror se centra principalmente en vampiros humanos, la Luna juega un papel clave en el clima y la atmósfera del libro.

Las fases lunares se asocian con la aparición del Conde Drácula y los eventos sobrenaturales, enfatizando el vínculo tradicional entre la Luna y lo oculto. “El hombre lobo de París ” de Guy Endore (1933), por su parte, es una de las obras más emblemáticas que vincula la Luna llena con la transformación física y la violencia. Según la leyenda, los humanos se convierten en lobos bajo la luz de la Luna llena, lo que ha sido tratado en numerosas historias y leyendas.

En “La llamada de lo salvaje» de Jack London (1903) aunque no se trata directamente de los efectos de la Luna, explora cómo los ciclos naturales y la vida en la naturaleza influyen en el comportamiento de los animales y de los humanos.

La naturaleza salvaje y el comportamiento instintivo están vinculados a la idea de la influencia de la Luna y las fuerzas naturales. Ya en el siglo XX encontramos entre otros relatos al “Lunario sentimental» de Leopoldo Lugones (1909) donde el autor argentino explora las emociones humanas vinculadas con la Luna y cómo esta afecta la mente y las sensaciones de los personajes.

En el séptimo arte, es decir en el cine, encontramos a «Un hombre lobo americano en Londres» An American Werewolf in London», esta película clásica presenta la transformación física del hombre a lobo que, en este caso, está directamente ligada a las fases lunares, el protagonista sufre cambios corporales y emocionales intensos bajo la influencia de la Luna.

El «Hechizo de luna» «Moonstruck», película romántica, protagonizada por Cher y Nicolas Cage, juega con la idea de que la Luna llena afecta los comportamientos humanos, particularmente en lo que respecta a las emociones y el amor. La Luna en esta película actúa como un catalizador para la pasión y el cambio en los personajes.

Por otro lado, “Luna de papel» (1973) aunque no es una película sobre la influencia directa de la Luna, el título sugiere el simbolismo de la Luna en relación con la ilusión y la realidad. La película gira en torno a un par de personajes que desarrollan una conexión emocional, y la Luna llena funciona como una metáfora.

En «La saga Crepúsculo» (2008-2012), basadas en las novelas de Stephenie Meyer, la Luna no es un elemento central en el argumento, pero el mito de los hombres lobo y su relación con las fases lunares está presente en la cultura popular que inspira las transformaciones sobrenaturales.

Igualmente, «El lado oscuro de la luna» (1990) es una película de ciencia ficción que explora las misteriosas influencias de la Luna en la psicología y el comportamiento humano.

Aunque más metafórica, plantea preguntas sobre cómo el espacio y los cuerpos celestes podrían alterar nuestra percepción y acciones. En fin, la Luna, con su simbolismo poderoso, ha sido utilizada en numerosas obras literarias y cinematográficas para explorar los efectos que se cree que puede tener sobre el cuerpo, la mente y el comportamiento humano.

Bien sabemos que el cuerpo humano, compuesto en un adulto de 60-70% de agua, depende de este líquido para mantener la temperatura corporal, transportar nutrientes y desechos, lubricar articulaciones y llevar a cabo procesos metabólicos esenciales. Sabemos, además, que el agua también es crucial para mantener el equilibrio de electrolitos, la homeostasis, y la forma de las células, además de apoyar la función cognitiva y la salud general: su presencia es vital para el funcionamiento óptimo del organismo.

Pero nos luce que hay algo más, y que el agua juega un papel vital en lo que somos, quienes somos y nuestra relación con el ecosistema. El agua nos afecta en formas inimaginables. La transformación, el misterio, y el poder natural son temas recurrentes asociados con ella.

Todo ello nos lleva a sugerir que se siga investigando la posible relación entre el agua, la luna y el cuerpo humano, quién sabe si de ese modo encontremos pistas sobre el origen de la vida… Sin agua no hay vida y ese es un hecho que nos debe poner a pensar.

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