Dedicado a los Dres. Roberto Saladín y Frank Moya Pons, dominicanos excepcionales (2/4)
India, la nación de la diversidad, el color y la espiritualidad milenaria, ha emergido en las últimas décadas como un gigante económico y tecnológico en el escenario mundial. Su trayectoria desde la independencia en 1947 hasta la actualidad es una historia de resiliencia, innovación y crecimiento constante.
Tras su independencia, adoptó un modelo económico de planificación centralizada buscando la autosuficiencia a través de un extenso sector público. Sin embargo, este enfoque mostró limitaciones en términos de eficiencia y crecimiento.
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En la década de 1990 dio un giro crucial hacia la liberalización económica y apertura al mercado global. Las reformas impulsadas por el Gobierno de Narasimha Rao y Manmohan Singh, desencadenaron un período de rápido crecimiento y transformación.
El sector de servicios, especialmente la tecnología de la información y la comunicación (TIC), se convirtió en motor de desarrollo clave en la economía de este país. Ciudades como Bangalore, Hyderabad y Pune emergieron como centros de innovación y desarrollo tecnológico, atrayendo inversiones extranjeras y generando empleos. Empresas como Infosys, Tata Consultancy Services (TCS) y Wipro se convirtieron en nombres reconocidos globalmente, contribuyendo significativamente al crecimiento del PIB y a la creación de una clase media en expansión, sin embargo, en la administración de Narendra Modi, el PIB aumentó entre el 2014 y 2022 de 5,000 a más de 7,000 dólares (40%).
La diáspora india, compuesta por millones de profesionales y emprendedores altamente calificados, ha desempeñado papel crucial en la revolución tecnológica mundial.
Desde Silicon Valley hasta los principales capitales financieros, los talentos indios han dejado huellas profundas en sectores como: informática, biotecnología, inteligencia artificial y energía renovable, de hecho, actualmente, cinco de los 12 principales CEO de las grandes firmas tecnológicas norteamericanas, son de India.
La contribución de la diáspora india en Norteamérica es notable, según datos del Centro de Investigación Pew, constituye una proporción significativa de los trabajadores en campos como: informática, ingeniería y ciencias; además, numerosos empresarios de este “gigante del siglo XXI”, han fundado empresas exitosas en suelo estadounidense, agregando valor a la economía, fomentando la innovación y fortaleciendo el perfil de prestigio que ya tiene esta diáspora.
El futuro de esta nación asiática, el impacto de su desempeño global, a medida que continúa su ascenso como potencia económica y tecnológica, enfrenta desafíos y oportunidades.
La modernización de sus infraestructuras, mejora del sistema educativo e inclusión digital, son áreas prioritarias para asegurar un crecimiento sostenible e inclusivo, además, India explora nuevos campos como la inteligencia artificial (IA), biotecnología aplicada a la salud y la posibilidad para mantener su ventaja competitiva a nivel global.
El despertar de este gigante económico y tecnológico es fenómeno notable en la historia contemporánea.
Desde su evolución económica impulsada por la liberalización socio-política, hasta el impacto global de su diáspora en la esfera tecnológica, demuestran su capacidad para adaptarse, innovar y liderar en un mundo cada vez más interconectado.