Es su trabajo y eso hay que entenderlo, por lo que no debe causar sorpresa que tratando de demostrar la inocencia (o la no culpabilidad) de sus defendidos retuerzan argumentos y reinterpreten leyes.

Tampoco debe extrañar que, como parte de su estrategia de defensa, recurran al incidentalismo vicioso que en este país convierte los procesos judiciales en un interminable viacrucis de aplazamientos y reenvíos que claramente evidencian su poco interés, como es el caso del exprocurador Jean Alain Rodríguez, principal imputado en el caso Medusa, de que se conozca el fondo del proceso y se pueda establecer la culpabilidad o la inocencia de sus clientes.

Puede leer: Auditorías

Todo lo anterior para que se entienda, en su verdadero contexto, la “denuncia” del Consejo de Defensa del exprocurador en la que acusa a la PEPCA de minimizar el “legado de transformación al sistema penitenciario nacional” que dejó su cliente luego de abandonar el importante cargo. ¿Qué a cuál legado se refieren? A la construcción de la Nueva Victoria, que estaba supuesta a ser uno de los centros penitenciarios más humanos y efectivos para combatir la criminalidad, pero que según el asesor del Poder Ejecutivo en materia penitenciaria Roberto Santana fue sobrevalorada en más de tres mil millones de pesos, además de que fue dejada en funcionamiento sin estar preparada para alojar a un solo recluso ya que fue “una inauguración politiquera”.

Por eso hay que decir, con perdón de los distinguidos abogados del exprocurador, que a juzgar por las pruebas hasta ahora presentadas por el Ministerio Público, muchas de ellas corroboradas por imputados en el mismo expediente que colaboran con el órgano acusador, que ese “legado” haría avergonzar a cualquier funcionario que haya pasado por nuestra administración pública, aunque a la hora de sacar las cuentas y pagar los abogados quede suficiente dinero para despreocuparse por su futuro y el de las dos próximas generaciones de su familia.