El país debe unirse echando a un lado querellas políticas

El país debe unirse echando a un lado querellas políticas

La correlación de fuerzas políticas cambió en las pasadas elecciones hirientemente para entes que por rupturas internas (divide y vencerás) acudieron debilitados a las urnas de las que salieron resentidos y renuentes a dejar atrás las diferencias circunstanciales y efímeras de las luchas partidarias para unirse a la conducción de la sociedad dominicana a la unión de voluntades o frente común que la proteja del problema haitiano.

Conceden una preponderancia lesiva al interés nacional a sus propósitos de mostrar intransigente impugnación hacia sus inequívocos rivales en las lides por el poder; siendo tan ostensible que la nación está puesta en alto riesgo directo por el colapso institucional vecino y por la confusa inacción de una comunidad internacional insensible a República Dominicana y sus prioridades.

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Sin peso alguno denuncian supuestas intenciones del poder local de capitalizar el descalabro de un estado fallido en busca de prestigio y aceptación pública. ¿Se prefiere que el país continúe en riesgos extremos, incluso para su soberanía, a que una confluencia de sectores nacionales -sin importar quién la vertebre- se haga respetar ante el mundo y ante el pandillerismo haitiano para dejar entendido rotundamente que nadie debe mancillar esta tierra?

El Gobierno dominicano ha tenido una única posición de defensa del interés nacional con la voz más alta en subrayar que la crisis de Haití debe ser enfrentada multilateralmente sin RD y sin perjudicarla.

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