Nueva York.- Al iniciar la temporada, los Mets de Nueva York presumían de su pitcheo abridor. Confiaban tener una rotación dominante – tal vez la mejor en las mayores- e incluso blindada con un par de brazos que iban a tener que trabajar en el bullpen.
Tras transitar mes y medio de campaña, la armadura de esa rotación se desmembró vertiginosamente y el presente de Nueva York es desolador.
Con una marca de 16-23 al iniciar el fin de semana, los Mets están siete juegos por debajo del porcentaje de .500 por primera vez desde septiembre de 2014.
También vienen de perder todos sus seis partidos Milwaukee y Arizona, su primera gira sin sacar una victoria desde 1999. «Ahora mismo, alguien hizo enojar a los dioses del béisbol», afirmó el manager Terry Collins.
«Todo lo que hacemos nos sale mal, no importa lo que sea». Otra inaudita sucesión de lesiones que han dejado fuera de actividad a varios pilares tiene aturdido al equipo, uno que ambiciona clasificarse a la postemporada por tercer año seguido.
Las bajas han golpeado a sus principales figuras en tres frentes. —Noah Syndergaard, el número uno de la rotación, sufrió un desgarro en el músculo dorsal de su brazo derecho.
Su regreso podría darse dentro de dos meses, luego del Juego de Estrellas —Jeurys Familia, el cerrador que lideró las mayores el año pasado con 51 salvados, se tuvo que operar por un coágulo en el hombro de lanzar.
El dominicano volvería para septiembre, el último mes de la temporada regular. —Yoenis Céspedes, su principal toletero, no juega desde el 27 de abril debido a una dolencia en la corva izquierda.
El cubano podría reaparecer la próxima semana. Lo que ha dado al traste con los planes de los Mets ha sido el mediocre desempeño de sus abridores, algo inconcebible.
Cuando los Mets rompieron una racha de seis temporadas seguidas con saldo negativo de victorias y derrotas en 2015, alcanzando la Serie Mundial, los abridores de Nueva York tuvieron el cuarto mejor promedio de carreras limpias permitidas en las mayores.
Al año siguiente, en el que obtuvieron un comodín en la Liga Nacional, subieron al tercer peldaño.
El trabajo de esos lanzadores compensó una ofensiva deficiente, en particular en 2016 en el que quedaron 26 entre 30 equipos en carreras anotadas.
Este año, sin embargo, el promedio de efectividad de los lanzadores de los Mets es el más alto de las mayores, con 5.13. Sus abridores marchan con el tercer peor número y su bullpen va con el quinto peor.
Los relevistas han ido de más a menos debido a su excesivo uso, provocado porque los abridores llevan 17 juegos seguidos en los que no logran registrar un out en el séptimo inning. «Esto tiene que mejorar. No vamos a estar jugando así durante toda la temporada», afirmó el infielder José Reyes.
Para eso precisan de un repunte de la rotación. Aún sin Syndergaard, las prestaciones de Jacob deGrom y Matt Harvey han dejado mucho que desear. Aunque deGrom figura segundo en ponches en la Nacional con 67, el derecho ha permitido al menos tres carreras en cinco aperturas seguidas y su efectividad es de 4.07.
Más allá del escándalo por la suspensión de tres juegos, al no presentarse a un juego tras una salida nocturna, Harvey ha sido zarandeado como nunca: le han conectado 11 jonrones en 45 innings y está séptimo en la liga con 22 boletos, más una efectividad de 5.56. De revelación en la recta final de la pasada campaña, Robert Gsellman (7.12) ha decepcionado en sus aperturas y acaban de saltar su turno en la rotación.
Zack Wheeler (3.76) ha sido el mejor, pero el equipo lo tiene en restricción de innings en su retorno tras una cirugía Tommy John. Steven Matz y Seth Lugo eran las otras opciones que tenían para la rotación, pero ambos sufrieron lesiones en el codo en la pretemporada y recién ha iniciado tareas de rehabilitación en las menores.
Las circunstancias les han obligado a tomar descartes. Su quinto abridor es Tommy Milone, quien había sido dado de baja por Milwaukee tras dejar efectividad de 6.43. Y tomaron al Neil Ramírez tras efectividad de 8.71 en 10 innings con San Francisco y Toronto.
«Todo esto me tiene asombrado», dijo Collins. «Incluso cuando perdimos a Matz, a Lugo y a Noah, aún contábamos con lo que creíamos era un buen pitcheo. Nos está costado pasar del quinto inning. Y vamos a pasarla mal en esta liga si tu pitcheo abridor no te lleva lejos».