El río Masacre

El río Masacre

UBI RIVAS

Presidente haitiano busca favor de su pueblo con desvío del Masacre

Consecuencias del Tratado Aranjuez, firmado en 1777 entre España y Francia, divide La Española en dos, el río Masacre, posición de España.

Durante esos 234 años, hasta hoy, excepción del período 1822-44 en que Haití ocupó arbitrariamente el territorio dominicano, y consolidada la independencia dominicana en 1856 luego de 19 batallas, reyertas, combates y peleas en su mayoría al filo del machete, el río Masacre quedó entre las posiciones demarcatorias del territorio dominicano.

El río Masacre, mejor catalogado un riachuelo, no solo por su breve curso, sino por su aforo, nace en la loma Pico del Gallo, provincia Dajabòn, culminando su cauce de 55 kilómetros en la bahía de Manzanillo.

Resulta ahora, no cuando la Era de Trujillo ni la Era de Balaguer, un presidente repudiado con un anémico respaldo de sus paisanos conforme es Jovenel Moise, inventa desviar el curso del Masacre a la altura del poblado de Juana Méndez, pretextando requerir agua para agricultores pierden cosechas aledañas por falta de agua, ahora, no antes.

La afrenta del presidente Moise recuerda al suscrito la aventura del presidente de Argentina Leopoldo Fortunato Galtieri, junio 1982, intentar recuperar las islas Malvinas, sabiendo que era imposible derrotar a Gran Bretaña, que en su largo historial solo perdió la guerra de independencia de Estados Unidos en 1776. Nunca más.

El general Galtieri decidió su inveterada acción con el propósito de ganar el favor de sus paisanos, que repudiaban a los militares, idéntico hace hoy Jovenel Moise con el Masacre.

Desviar un río es sinónimo de decretar su extinción, porque tienen sus estructuras edáficas, si son alteradas, resultan catastróficas ecológicamente.

¡Ay, Trujillo!
¡Ay, Balaguer!
¿Desviarían el Masacre?

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