Al liderazgo político, económico, social y religioso (2/3)
La presente entrega nos llevará por la descripción de la panorámica económica mundial para el 2023. Deloitte establece que la economía de Estados Unidos crece a buen ritmo cuando se compara el primer trimestre, con niveles de crecimiento muy bajos, con el segundo, se observa un crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) a una tasa anual de 2.4%, debido a fuertes estímulos fiscales de parte del Gobierno y aumento de servicio por parte de los consumidores, etc. no obstante, los diferentes aumentos de la tasa de interés por la FED con el propósito de controlar la inflación. Actualmente las opiniones están divididas, si habrá o no nuevos aumentos, dependiendo si se logra o no bajar la tasa de inflación.
Mientras que, para la Zona Euro, el PEM del FMI, proyecta un crecimiento de 0.7% en 2023 y 1.6% para el 2024. Esto debido a que la misma está teniendo un deficiente crecimiento como consecuencia de no haber implementado medidas similares a las norteamericanas con relación al estímulo fiscal.
Por su parte, según las proyecciones del PEM, las economías emergentes y subdesarrolladas tendrán un desempeño aceptable, de 4.0% y 4.2% en 2023 y 2024, respectivamente.
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El crecimiento económico en los países emergentes y subdesarrollados será, según las proyecciones, más fuerte que en las economías occidentales.
El PEM refiere que, el crecimiento económico en los países emergentes y asiáticos subdesarrollados fue de 5.3% en el 2022 y se espera retroceso de 0.1% para el 2023.
Esto ocurre como consecuencia de la reducción del crecimiento de la economía de China (caracterizada en los últimos 20 años por un extraordinario crecimiento de entre 8 y 10% anual) debido a la crisis inmobiliaria, los efectos derivados del estricto plan contra COVID implementado durante los años 2021 y 2022 y, a las fricciones existentes actualmente con Occidente que, a nuestro juicio, perjudica a esta nación y a esa región.
La diversidad en el panorama económico mundial, pese a la casi unánime aplicación de una política monetaria restrictiva, refleja que no ha tenido los efectos esperados. La tasa de inflación general presenta cierta persistencia, se proyectaba que 84 naciones experimentarían una reducción de su tasa de inflación general, esto es, 8.8% en 2022 a 6.6% en el 2023.
Las economías avanzadas tendrán mejores resultados en el manejo de la crisis inflacionaria a la luz de que hubo un descenso de 2.7% en la inflación general del 2022, situándose en 4.6% en el 2023, con una proyección de 2.6% para el 2024. No obstante, la inflación subyacente (elimina de la canasta de bienes los de elevada variabilidad de precios tales como los combustibles, energía eléctrica, bienes raíces, vehículos de medio uso, caso de los EE. UU.) luce persistente en el corto plazo. El sector energético, debido al precio del petróleo, está aumentando por la decisión de Arabia Saudita de recortar su oferta en 1,500 millones de barriles diarios.