Fernando Tavares Cabral: genealogía de una víctima de la dictadura trujillista

Fernando Tavares Cabral: genealogía de una víctima de la dictadura trujillista

Rafael Leonidas Trujillo

Fernando Tavares Cabral apoyó la conspiración contra Trujillo de los hermanos Estévez Cabrera. Fue desde joven íntimo amigo de su líder, Rafael Estévez Cabrera (Fellito), su condiscípulo en la Escuela Normal y la Universidad de Santo Domingo, con quien le unían ansias de libertad y pasión por las armas. Su hermano Víctor presenció cuando Fernando entregó uniformes y equipos militares a Estévez Cabrera.

Fernando era asistente del gobernador de Santiago cuando se enteró en junio de 1956 que el complot había sido develado y avisó de inmediato a Fellito a pesar del riesgo que implicaba.

Esto le acarreó una serie de presiones sicológicas diversas, como publicaciones de foros públicos en el periódico El Caribe, el seguimiento de sus actuaciones por el Servicio de Inteligencia Militar y el nombramiento como presidente del Partido Dominicano en Santiago, para confundir a la población. Uno de los foros, entre otras cosas, decía: “¿Por qué está tan nervioso?… asustado, frenético (…) el que tiene hecha tiene sospecha.. Teme que se sepa, y ya todo el mundo lo sabe, que él era “íntimo” del (…) Rafael Estévez Cabrera”.

Bosco Guerrero afirma en sus memorias que Fernando era “una persona discreta y reservada”, por lo que consideraba “paradójicas” las frecuentes conversaciones entre ese “funcionario trujillista” con su suegro, Mariano Heredia López, de quien conocía era antitrujillista.

Uno o dos días antes de su asesinato el 28 de diciembre de 1958, su hermano se encontró con él en la calle El Conde y al verlo nervioso le preguntó qué ocurría y este le comunicó que sentía los organismos de represión lo acosaban y le mencionó al militar Luis José León Estévez (Pechito). El Caribe del 30 de diciembre siguiente reseñó que “presentaba fracturas en la cabeza, contusiones y laceraciones en distintas partes del cuerpo y varias costillas rotas”. Luego de su asesinato, hasta allegados se sorprendieron al encontrarse siete armas de fuego sin permisos en su residencia. Pocos días después, su atemorizada viuda y sus hijos salieron definitivamente al exilio.

Instituto Dominicano de Genealogía

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