Moisés Mejía Hiches 
Stephen Curry y Draymond Gree celebran detrás Andrew Wiggins.
La temporada de los Golden State Warriors no fue para nada un camino fácil, se enfrentaron a situaciones que los pusieron al borde del fracaso, incluso antes de que empezara la campaña.
Cuando apenas era octubre, y los equipos estaban en etapa de preparación para la temporada, Golden State parecía haberse quebrado cuando Draymond Green golpeó en la cara a su compañero de equipo Jordan Poole, mientras ambos se encontraban buscando una extensión de contrato.
Tras ese altercado, la mayoría de fanáticos anticipó un año decepcionante para Golden State, ya que la química del equipo sufrió un duro golpe, sin embargo, Draymond Green fue castigado por el equipo, se disculpó, y comenzó la temporada.
Ya iniciada la campaña, Golden State ya enfrentaba otro reto: Klay Thompson no podría jugar en noches consecutivas como forma de cuidarlo por las lesiones que lo sacaron del tabloncillo por casi dos años. Pero eso era solo el principio de los problemas.
Perder a Klay Thompson en juegos consecutivos era duro, pero encima, perder también a Stephen Curry por tiempo indefinido por lesión, es mucho peor.
Curry sufrió varias lesiones durante la temporada, una en su pierna, otra en el hombro, las cuales lo sacaron de la cancha por múltiples semanas en ambas ocasiones, y precisamente en el momento en el que Golden State se encontraba en pelea por no quedar fuera de los playoffs.
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En la ausencia de Curry, Golden State contó con grandes actuaciones de Jordan Poole, Klay Thompson, Draymond Green, y Kevon Loney, quienes dieron la cara hasta el regreso de su capitán.
Pero siguieron los tropiezos…
El segundo en las votaciones para el premio MVP de la serie final pasada, Andrew Wiggins, y que es sin dudas de los mejores defensores del equipo, pasó por varias situaciones personales que lo separaron del equipo por un largo tiempo, provocando que solo jugara 37 partidos en la temporada.
¿Se puede mencionar algo más?, por supuesto que sí.
Además de todas las bajas importantes que tuvieron por las lesiones, Golden State tuvo la cuarta peor marca jugando como visitantes en toda la NBA (11-30), lo que sin pensarlo sería una razón para que el equipo termine en los últimos lugares de la tabla de posiciones, sin embargo, los Warriors tuvieron el tercer mejor récord como locales en toda la liga (33-8), lo que les valió para mantenerse con vida en una difícil y competitiva conferencia.
A todo eso, añadirle que tuvieron que traspasar a quien era una de sus principales promesas jóvenes, James Wizeman, a cambio de Gary Payton II, sin embargo, contrario a lo que Golden State esperaba en el cambio, Payton II no debutó con el equipo sino hasta dos meses después de haberlo adquirido, ya que al momento del canje, Warriors no sabía que estaba lesionado.
Sin Curry ni Wiggins por un largo tramo, y con Klay Thompson sin disponibilidad en partidos consecutivos, además del pésimo récord jugando en la ruta, Golden State se abrió paso para evitar jugar el play-in y clasificar a los playoffs de forma directa en la posición número seis de la conferencia del Oeste.
Golden State se enfrentará en la primera ronda a los Sacramento Kings, y aunque estos últimos se mostraron muy consistentes durante la temporada regular, podría ser un error subestimar a los actuales campeones.
