Contrario a una versión que circularon recientemente en la prensa, fuentes fidedignas me revelaron continúan abiertas las negociaciones para una alianza electoral entre PRM- Alianza País que implicaría Guillermo Moreno tenga apoyo oficialista para una candidatura a senador. Mis fuentes me dicen más. Situación similar se está dando con Minou Tavárez Mirabal, presidenta de Opción Democrática.
Si bien es cierto que una parte del progresismo dominicano ha rechazado de manera histórica las alianzas con partidos de derecha, al analizar cómo las nuevas izquierdas latinoamericanas y europeas han llegado al poder, hay un factor en común: la formación de frentes amplios y coaliciones con fuerzas distintas.
De modo que, siempre y cuando esas alianzas se den de manera programática, en base a demandas sociales y no se traten sólo de negociar poder por poder o cargos, no serían negativas.
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Claro está, lo ideal sería que en República Dominicana existieran partidos progresistas con la suficiente fuerza para disputarle, por sí solas, el poder a los sectores rancios y conservadores, pero, lamentablemente, la izquierda ha fallado en esto, por causas externas e internas que pudiéramos analizar en otro artículo.
Por lo que como, hasta ahora, fracasó otra vez la creación de un frente progresista y las conversaciones entre Frente Amplio, Patria para Tod@s Opción Democrática y Alianza País, no prosperaron, me parece interesante que no se repita el error del 2020, cuando un PRM sin estructura, ávido de alianzas, ofreció al sector social, además de senadurías, la vicepresidencia de la República, propuesta rechazada.
Y ojo, por supuesto que al PRM le conviene esta alianza. Aunque ahora está muertecito de éxito y cree no necesitar a nadie, hay que recordarle que hoy es Gobierno gracias a alianzas con sectores avanzados, que ha permitido en varias instituciones del Estado haya funcionarios comprometidos con la transparencia, a quienes lo único reprochable es que hayan perdido articulación como bloque, que permita mayor incidencia a lo interno del Gobierno, y la falta del seguimiento al programa de la coalición.
Pero Abinader necesita aumentar estos perfiles a lo interno del partido y del Gobierno porque son el músculo para sostener el buque insignia de esta gestión: la lucha contra la corrupción e impunidad. Además, es una forma de reconquistar votos progresistas que se han perdido por ese coqueteo del PRM con sectores ultraconservadores que en realidad son la base electoral de Leonel Fernández y la Fuerza del Pueblo.
Y no me malinterpreten, mi interés en este tema no es la suerte electoral del PRM, ni de Guillermo o Minou, dos personas que respeto y admiro, y que tienen sus luces y sombras, sino más bien con la posibilidad de que gracias a esta alianza, el Congreso Nacional continúe adecentándose; que crezca en calidad moral y asuma una agenda que represente los intereses reales de una ciudadanía harta de tener uno de los Congresos más caros y grandes de la región y, al mismo tiempo, de los más ineficientes y cuestionables.