Humildad y gloria de un boxeador

Humildad y gloria de un boxeador

“Cunino” nació con eso, hasta relajando empujaba y uno se caía, tenía un poder en esas manos que metía miedo. Cada vez que tenía un pleito, al que le daba lo tumbaba”.
Blas Cabelo hace esa consideración sobre Fausto (Ceja) Rodríguez. Crecieron en San Carlos, donde nacieron el mismo año, uno en la calle Juan Bautista Vicini y otro en la Barahona. Después, el futuro campeón se mudó a la “Montecristi” pero siguieron compartiendo el barrio, los estudios en la escuela “Chile”, partidos de pelota y basquetbol, y giras en guagua a Boca Chica los domingos.
Cabelo lo introdujo en el deporte que lo inmortalizó, tras comprobar los repetidos “noqueos” del muchacho. Después viajó con él a Puerto Rico para las primeras peleas de “Ceja” en el extranjero.
Del boxeador solo lo separaban sus compromisos internacionales. Se reunían cuando venía al San Carlos del que nunca se mudó a pesar de sus glorias. Muestra fotos y se conmueve al recordar la muerte del amigo en un accidente automovilístico, en el que perecieron también su esposa Bertha Javier y su niño Fausto Jr. Le sobrevive su hija Rosemary.
“Ese domingo andaba contento, dando vueltas de manzanas en ese carro blanco. Nos saludamos y me dijo que iría en la tarde para Boca Chica con la familia, y daba vueltas y vueltas, como si se hubiera estado despidiendo”, cuenta.
Cuando se enteró del suceso salió para el hospital “Darío Contreras” donde estaban los cadáveres, pero “todo el mundo quería entrar, rompieron hasta los cristales. Nos fuimos y después bajamos a la funeraria”.
Ceja no solo era apreciado por sus triunfos. Cabelo afirma que lo querían desde siempre. “Era humilde, eso no cogió fama, no se creció, nunca se salió de su línea”.
Blas es también sencillo, como la modesta vivienda donde reside. Nunca había contado de su amistad con el púgil para que no piensen que pretende vanagloriarse a costa de su casi hermano, porque “la comida que estuviera primero, esa era la que comíamos”.
Si Ceja viviera, tuviera la misma edad que Blas, 68 años. Cabelo nació el 3 de febrero de 1951.
Primeras peleas. Blas y “Cunino” eran parte de un grupo de inseparables que integraban, además, Víctor David Martínez, Freddy Báez, César Luna, Carmelo, Negro Rodríguez, Andrés Ramírez…
“Jugábamos bola, pelota, y siempre había discusiones, y cada vez que Cunino tenía un pleito, al que le daba lo tumbaba, desde pequeño”.
Recuerda los casos y nombres de los vencidos, como el del que en un “desafío de pelota de 10 y 15 centavos, se fajó y lo tumbó”. Otro lo provocaba insistente en la escuela Chile mientras veían un juego de voleibol, pero “él no quería pelear. Lo buscaba, le daba, y Nelson Vizcaíno dijo que Cunino le tenía miedo. Y le dijo: ‘¿Tú no ves Cunino? ¡Fájate con él! Y lo noquió noquiaíto”.
“Un 16 de agosto en una máscara en el parque Enriquillo, un muchacho le dio un cocotazo a otro y se lo pegaron a él. El muchacho andaba con un tío karateca y cuando se cuadró le dio una patada en la espalda y Cunino le desprendió la mandíbula”.
Cabelo comentó a Freddy Báez, Víctor Dávila y César Luna: “¿No se han fijado que Cunino a todo el que le da lo tumba?”. Existía un famoso luchador apodado “El Árabe”, que tenía un club de boxeo en la calle “Pimentel”. Ceja se resistía a presentarse, pero Blas lo convenció y lo llevó donde “Paula”, el entrevistador, y Cabelo le manifestó: “Te traje un campeón”. Pero este lo objetó porque Fausto “era medio corombito”. Blas le pidió: “¡Pruébalo!”.
“Y así fue que comenzó a ser boxeador, en veladas de los sábados. Peleaban Caja de bola, Medina, Pachín, Leo Cruz…”. Después Paula lo llevó al Centro Obrero “y de ahí fuimos con un torneo de boxeo a Puerto Rico, en 1972”.
Se hospedaron donde una hermana de Fausto, Matilde Guzmán, en Río Piedras. “Lo contrató Felipe “La Voz” Rodríguez. Peleó en “Hiram Bithorn”, un play de pelota, en el Roberto Clemente, el Madison Square Garden… Fue a Cuba y llegó a tercero en su división, peso Welter”.
“Una de las últimas peleas en Puerto Rico, ese año, fue con “Cho Wilber” (como lo pronunció Cabelo). Era bueno, y Cunino le ganó. Él no lo pudo noquear. Fue la pelea al límite. “Cho” era un prospecto de maravilla, ahí fue que Ceja se consagró como campeón”, expresa.
Agrega que después vino al país y en 1975 obtuvo el título de Campeón Nacional “con una pelea que echó con Darío Hidalgo, un boxeador de Santiago que era rápido”, pero “la mejor pelea de su vida fue con el norteamericano Alfonso Hayman, a quien le ganó unánime en 10 asaltos”, el 8 de agosto de 1977”, en el Palacio de los Deportes.
Cabelo evoca sus levantadas a las cinco de la madrugada para ejercitarse junto a Fausto en la escuela Chile, donde “corríamos, hacíamos marinero, lagartija, subíamos las escaleras y él hacía mucha sombra”.
Fausto nació el 19 de noviembre de 1951, hijo de Jaime Bakemon y Dora Rodríguez. Blas cita entre sus hermanos de padre y madre a Isaura y Horacio. Otro hermano, de padre, era Luis.
En Puerto Rico lo bautizaron como “La maravilla dominicana” y el sobrenombre de Ceja “se lo puso Felipe Rodríguez, por el merengue Bol ‘e fuego, Dame guto… A los boxeadores le ponen apodos para que cojan fama, ese merengue estaba pegado en Puerto Rico”, explica Cabelo, que recuerda a “Cunino” “alto y fuerte”.
Ceja falleció el 14 de agosto de 1977 al chocar su automóvil con otro auto en la autopista Las Américas. En el accidente resultó herido el doctor Jorge Martínez Lavandier, entonces ejecutivo del Banco de Santo Domingo. Hubo otros lesionados.
“En sus años de carrera, Ceja se enfrentó a 28 peleadores obteniendo 25 victorias y tres derrotas, entre ellas 17 por nocaut y ocho por decisión”.
En 1978 la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo lo exaltó al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
La calle. “Era tan querido que desde que murió la gente le puso su nombre a una calle por el hipódromo”, exclama Cabelo. Pero la que es una prolongación de la “Barahona” es iniciativa del Ayuntamiento del Distrito Nacional, que el 6 de octubre de 2015 resolvió denominar “Fausto –Ceja- Rodríguez”, el tramo que va “desde la 27 norte-sur hasta la margen del río Ozama de los sectores de Villa Francisca y San Carlos”, considerando que Rodríguez fue una de las figuras más relevantes del boxeo dominicano.

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