Madrid.-Un equipo internacional de investigadores encontró uno de los mecanismos por el que el cáncer de próstata desarrolla metástasis, un hallazgo que abre la puerta a identificar a pacientes con mayor riesgo de cáncer agresivo y, en un futuro, a definir terapias personalizadas.
Los resultados de este trabajo se publican en la revista Nature Cell Biology, en un artículo en el que los científicos describen cómo la ausencia del gen PGC1A -su expresión se encuentra disminuida- se asocia a metástasis en cáncer de próstata.
Las células cancerígenas se nutren de forma diferente a las normales, principalmente porque dedican su metabolismo a generar más células y crecer. El objetivo de este trabajo ha sido conocer los desencadenantes del cáncer de próstata agresivo.
Para ello, los investigadores, liderados por Arkaitz Carracedo, del español Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias (CIC bioGUNE), partieron del siguiente planteamiento: en el cáncer de próstata existen «reguladores maestros» que orquestan y definen la nutrición de las células tumorales.
Para explicarlo, Carracedo pone el siguiente símil: el metabolismo es como una orquesta en el que cada concertista es una ruta metabólica y el director es un regulador maestro. Si un violinista interpreta mal, la música sonará peor aunque la pieza siga siendo la misma, pero si el director dirige mal, la obra se verá transformada.
Tras el análisis detallado de una veintena de estos reguladores, se identificó a PGC1A como el mejor candidato.
Se trata de un gen ya conocido por los científicos y vinculado a enfermedades como la obesidad o diabetes. Sin embargo, su relación con el cáncer ha empezado a describirse hace dos o tres años: «ahora es la primera vez que se asocia formalmente a la agresividad del cáncer de próstata», subrayó a Efe Carracedo.
En concreto, una menor expresión del mismo es lo que se vincula al desarrollo de metástasis en cáncer de próstata.
Para llegar a estas conclusiones, analizaron información de unos 700 pacientes distribuida en cinco bases de datos y encontraron una recurrencia en la ausencia del gen PGC1A.
Después, lo comprobaron con 30 muestras de próstata y más tarde en modelos de ratón: demostraron que al eliminar el gen PGC1A se desarrollaba metástasis y al aumentar la expresión del gen la agresividad del tumor disminuía.
«Hemos descrito uno de los mecanismos por los que el cáncer de próstata progresa y adquiere nuevas capacidades como la de metastatizar», recalca Carracedo, también investigador.
Este trabajo es importante por varias cosas, entre ellas porque se avanza en el conocimiento básico: «El futuro del tratamiento contra el cáncer pasa inexorablemente por conocer al enemigo», explica.
En este sentido, señala que poner nombre y apellido a cada cáncer -cada uno de ellos es una enfermedad-, revelar su DNI, es crucial para pensar en nuevos modos de atacarlos: el primer paso, es poder separar a los pacientes con mejor y peor pronóstico, algo que los investigadores proponen desarrollar en base a este estudio.
El siguiente paso será cómo traducir estos resultados en un método que llegue a la clínica y mejorar así el diagnóstico y, en un futuro, encontrar tratamientos.