Nuestra economía tardo menos de un año en regresar al nivel del PIB anterior a la pandemia. No obstante el empeoramiento del contexto internacional, no se desvía de la senda de crecimiento alrededor de su potencial, continúa a pleno rendimiento, lo reportan las estadísticas macroeconómicas de enero-junio publicadas por el Banco Central la semana pasada. Por razones de espacio analizo solo las del sector real.
Uno: a pesar de la alta inflación y fuerte aumento de los intereses, el PIB real creció sobre su potencial, un 5.6% interanual, en doce meses se crearon 169,309 empleos formales e informales, aumentaron en un 3.7% para elevar el volumen total de trabajadores a 4,702,017 en el trimestre abril-junio 2022, según la Encuesta Continua de Fuerza de Trabajo del Banco Central.
Un cálculo sencillo muestra que la productividad aparente del trabajo (crecimiento del PIB menos crecimiento del empleo) aumento 3.2% interanual, sugiriendo que la calidad del empleo que se recuperó y los nuevos superó la del empleo que se perdió durante la pandemia.
Los ingresos tributarios crecieron 17% interanual a junio, a pesar de que el gobierno prefirió dejar de recaudar miles de millones de pesos que pudo utilizar para reducir el déficit del presupuesto, pero correctamente prefirió subsidiar el consumo de gasolinas, gasoil, glp y a más de 70 productos de la canasta familiar. Fue la respuesta compensatoria por pérdida de poder adquisitivo de la población, y para evitar más inflación, ralentización del crecimiento y del empleo.
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Dos: intensivo en empleo ha sido el crecimiento acumulado del PIB desde 2020 hasta junio 2022, período en el que la economía recuperó y creó 455,305 empleos netos (de 4,246,695 en abril-junio 2020 hasta 4,702,000 en abril-junio 2022), lo cual implica que la elasticidad del empleo fue de unos 40,652 empleos por cada punto de crecimiento del PIB o, equivalentemente, 0.87 décimas de puntos (40,652/4,702,000) de aumento del empleo por cada punto de crecimiento del PIB.
Tres: promedió 15,177 el número de personas que abandonó el ejército de desocupados para pasar al de los ocupados en los treinta meses, tendencia que de mantenerse podría elevar el total a 4.8 millones a final de este año, y reducir aún más la tasa de desempleo que marcó 5.2% en abril-junio 2022.
Y cuarto: el ingreso real per cápita por hora trabajada de la población ocupada descendió -5.28% interanual en el trimestre enero-marzo 2022, debido a que el ingreso nominal aumentó 4.2% interanual y 9.48% la inflación a junio. Como la productividad aparente del trabajo creció (3.2%) mientras desciende (-5.28%) el ingreso real per cápita del trabajo por hora, el efecto en la economía fue un descenso de -8.48% interanual (caída del ingreso real de -5,28% menos aumento de la productividad de 3.2%) del costo laboral real por unidad producida.
Este resultado para el primer trimestre de 2022 nos da una idea de lo que sucedió en el semestre, de entrada se podría argumentar que aumentó el excedente empresarial bruto por unidad producida y, como consecuencia, su participación en el PIB, pero no fue de esa manera, también descendió, el sector público fue el beneficiario, aumentó la recaudación por impuesto sobre la producción netos de subvenciones.