Cuando inició el Sistema Dominicano de Seguridad Social siempre pensamos que sería un engaño porque la cobertura de ese nuevo Plan Básico de Salud del Régimen Contributivo era menor que la del seguro privado que teníamos antes.
Los gobiernos que hemos tenido desde que se promulgó la Ley No. 87-01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social (el 9/5/2001) nos han querido convencer de las bondades de un sistema que busca protegernos a todos pero, al final, solo ha fastidiado a quienes antes teníamos un buen servicio.
Desde que inició ese Plan Básico de Salud he pagado más por las consultas porque muchos médicos no aceptan el seguro y, en caso de hacerlo, es con el plan complementario.
Hasta el día de hoy me he mantenido renuente a contratar ese plan complementario porque me parece abusivo tener que pagar mucho más por un servicio que antes tenía. Sin embargo, el sistema me está venciendo: ¿de qué me sirve tanta rebeldía si, cuando necesito algo, tengo que pagar muchísimo dinero extra? No compensa.
Eso fue justo lo que me sucedió el martes pasado, cuando fui a una farmacia a comprar los medicamentos que me habían recetado y, tras explicarme que solo me cubrían 30 días porque la receta no decía que era un tratamiento continuo, me informaron que mi seguro no cubriría nada: los componentes no estaban en el catálogo. ¡Otra vez sucedía! ¿Lo peor? Los chicos de la farmacia me aconsejaron contratar el tan aborrecido complementario. ¿Saben cuántas veces Palic me ha cubierto los medicamentos? Una, desde que tengo el plan, y no llegó a dos mil pesos. Mi última factura fue de RD$11,500. ¡Fui tan feliz pagándolos!