La Impulsividad

La Impulsividad

Virginia Pardilla

La impulsividad es un rasgo de la personalidad caracterizado por la falta de autocontrol, que lleva a reaccionar rápidamente sin pensar, de forma inesperada y sin reflexionar o analizar una situación. Es un estímulo positivo o negativo, que casi siempre surge por un manejo incorrecto ante una situación, motivado por la baja tolerancia a la frustración y/o el mal manejo del estrés. La impulsividad nos lleva actuar sin medir las consecuencias previamente, ni calcular los daños que pudiera causar una reacción, tanto a la persona impulsiva como a quienes interactúan con ella.

La impulsividad de una persona puede ser observada en simples aspectos de la vida cotidiana, como la impaciencia al esperar un turno, la intromisión en asuntos de los demás, e inmiscuirse de manera abrupta en conversaciones sin pedir la palabra dando rápidamente su opinión. En ocasiones estas manifestaciones vienen acompañadas de agresividad

Se trata de un déficit inhibitorio de la conducta que lleva a actuar sin pensar por tener un umbral más bajo de tolerancia. El mismo puede ser por no dominar las emociones, pudiendo este tener un componente genético, hereditario o químico como déficit de serotonina. La impulsividad es muy común en síndromes psicopatológicos.

Las personas impulsivas no analizan si cometen un error o no, por eso parecen ser arriesgadas, insensatas, natural, irresponsable, rápida o inconscientes. A veces son tildadas de extrovertidas, porque pueden salir rápidamente con acciones o comentarios sin darse cuenta o sin pensar.

Dentro de los trastornos más frecuentes de la impulsividad podemos citar los siguientes: trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, trastorno de bipolaridad, trastorno límite de la personalidad, trastorno por control de impulsos, comportamiento antisocial y trastorno de dependencia de sustancias.

La impulsividad es más frecuente en niños y adolescentes, si esta es muy alta afecta el rendimiento académico, pudiendo incluso tener problemas en su proceso de aprendizaje. A demás afecta la interacción del individuo con sus familiares, amigos, compañeros de estudio o trabajo, alterando el vínculo afectivo y el equilibrio de las relaciones con los demás. La persona impulsiva fácilmente tiene reacciones de rabietas, gritos y falta de respecto a los demás.

La impulsividad primaria es aquella que tiene un componente genético y se observa desde las primeras etapas de la vida del individuo, en tanto que la impulsividad secundaria es más bien aprendida o como consecuencia de inestabilidad emocional o traumas.

Características de una persona impulsiva:

• Actúa, luego piensa.
• Casi siempre contesta antes de escuchar bien la pregunta.
• Se le dificulta esperar turnos.
• Interrumpe y estorba a los demás.
• Tienen baja tolerancia a la frustración.
• Le cuesta seguir instrucciones.
• Es pesimista y puede ser fatalista.
• Demuestra falta de autocontrol.
• No resiste que otro gane, es mal perdedor.
• Puede llegar a reconocer su impulsividad, pero no la puede controlar.
• Pierden fácilmente el control de la situación.

Para superar la impulsividad lo primero es hacer conciencia del problema, reconocer la falta de autocontrol y las consecuencias negativas que esto provoca. Es recomendable hacer un ejercicio de espera para responder o tomar decisiones, incluso hacer ejercicios de relajación. . La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia.