Los dominicanos conmemoramos hoy con orgullo el 179 aniversario de la batalla del 30 de marzo que tuvo su escenario a la entrada de Santiago después de cruzar las tropas haitianas el río Yaque del Norte. Fue una batalla curiosa en donde la historia señala que las bajas dominicanas fueron escasas y los haitianos se retiraron rápidamente para regresar a Haití vía Guayubín.
Esa batalla fue el segundo gran enfrentamiento con los haitianos que después del 27 de febrero de 1844 decidieron recuperar la colonia española que había decidido separarse de sus amos, luego de 22 años de oprobiosa ocupación. Esa vez se quisieron borrar las raíces españolas con el cierre de iglesias, escuelas, comercios y puertos en una diezmada población que escasamente superaba 100 mil habitantes distribuidos en un amplio territorio superior a los 50 mil kilómetros cuadrados que contrastaba con los 23 mil kilómetros cuadrados de Haití que apretujados se apropiaron de mas de 4 mil kilómetros cuadrados de la parte española para llegar a los 27 mil kilómetros cuadrados. Una vez los haitianos en el siglo XIX establecieron tres estados de escasa duración.
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En los acontecimientos de Santiago, Jean-Louis Pierrot que era el comandante haitiano, decidió retirarse ante el informe de que Herard, el otro comandante de las tropas del sur en Azua había sido asesinado, volvió a Puerto Príncipe para hacerse cargo del poder. Fue una retirada traumática de hombres de escasa preparación militar asediados en su retorno por las guerrillas dominicanas. Los haitianos utilizando los uniformes franceses huyeron hacia su país. Esos pertrechos franceses fueron abandonados por las tropas de Napoleón cuando salieron de Haití a principios siglo y habían sido diezmados por la fiebre amarrilla.
Después de tantas derrotas, los gobernantes haitianos, enfrentados a un rechazo de sus gentes para invadir el territorio oriental, abandonaron sus planes hasta 1849 con la campaña de Soulouque que fue derrotado en Las Carreras en una sangrienta batalla donde los dominicanos aprovecharon las ventajas del terreno que ya los haitianos habían cruzado las lomas de El Número. Desde ese momento los haitianos desistieron de sus empeños en invadir al territorio dominicano hasta diciembre de 1855 en que la batalla de Santomé los haitianos de Soulouque fueron derrotados en la sabana cerca de San Juan. Semanas después, en enero de 1856 sufrieron su derrota mas singular en Sabana Larga cerca de Dajabón.
Desde entonces a los gobernantes haitianos les llegó el sosiego de pensar en invadir el oriente de la isla. Con Geffrard llegó la época de tranquilidad y dejaron de estar preparando operativos de invasión contra el suelo dominicano. Fue una época de estabilidad alterado por el temor de Haití con los planes de anexión a España que Pedro Santana impulsaba iba a ser un factor de intranquilidad que atemorizaría a Haití con una potencia esclavista tal como era España en ese entonces.
La Providencia jugó un papel importante en la historia dominicana. No hay duda que un hado divino aparece cuando la ceguera, ignorancia y locura de los dominicanos tratan destruir al país con sus locuras económicas preñado de la tragedia de la corrupción y agresión ya que consideran que los recursos públicos son para enriquecerse lo cual estimula a los caudillos regionales o nacionales a hacer suyo los recursos nacionales.