En la Era de Trujillo las fiestas, desfiles y recepciones eran de mucha suntuosidad, por eso con la disminución drástica de las mismas a partir de 1960, se empezó a vaticinar el final de la tiranía.
Mario Read Vittini, en su libro Trujillo de Cerca señala que desde muy temprano en su juventud Trujillo fue un juerguista y parrandero impenitente, con un intenso espíritu fiestero.
Esto da a entender por qué la vida social durante la tiranía tenía tanto repunte.
Desde el principio hasta casi el final del régimen, las celebraciones tradicionales eran los cumpleaños de los niños Trujillo en la residencia de la primera dama María Martínez Alba; las tradicionales fechas patrias; la Virgen de la Altagracia y el Día de las Madres, además de su cumpleaños, el 24 de octubre, y el 18 de diciembre que es el aniversario del ingreso de Trujillo al Ejército Nacional.
En estas dos últimas celebraciones el derroche se hacía notar en todo el sentido de la palabra. Después de que Trujillo alcanzó fuerza en el Ejército comenzó a beber brandy, especialmente el español Carlos I de Pedro Domec, que fue su bebida casi exclusiva durante muchos años, hasta su muerte, suavizado con algún que otro vaso de Agua Poland, de la que mantenía abundante provisión y consumía regularmente destaca Read Vittini. Esto confirma que al Jefe le gustaba lo bueno.
Para 1954 la orquesta del maestro Luis Alberti, y la de los Hermanos Pérez amenizaban en conjunto o alternativamente las fiestas del Jefe, en las que sus celestinos le procuraban jóvenes, también sus hijas y hasta sus propias esposas. Aunque al final su figura perdía fuerza, a Trujillo se le veía bailar merengue con natural elegancia.
También se destacaban los espléndidos reinados de carnaval, patrocinados por el Jefe.
Leonardo Matos Berrido, hoy presidente de la Liga de Béisbol de República Dominicana, entre octubre de 1957 a mayo de 1958 colaboró para el periódico El Caribe cubriendo algunas actividades sociales a las que asistía la Familia Trujillo.
Los salones de las grandes fiestas eran el Agua y Luz, el hipódromo Perla Antillana y el hotel Jaragua un Jaragua muy distinto al de ahora- tenía un salón en la cuarta planta, que era el Roof Garden (el jardín de azotea), (donde regularmente se realizaban las actividades) a estas celebraciones solían asistir Angelita y Ramfis Trujillo, Rhadamés aún era muy pequeño para los años 1943 -1944, dijo Matos Berrido a Rostros.
Agregó yo cubría las actividades sociales a las que asistían Ramfis y Angelita fuera del Palacio, y también a las recepciones en las embajadas. Era una época de una actividad social y diplomática muy intensa, era rara la noche que yo no asistiera a una actividad de ese tipo, en algunas ocasiones a más de una.
También cubría conferencias en el Instituto Trujilloniano (IT), entidad de promoción cultural y de promoción de la figura del tirano, creada en octubre de 1952 por Trujillo con Manuel Peña Batlle como su presidente.
El Generalísimo también hacia sentir su poder con las dádivas a su séquito y las familias de mayor prestigio de ese entonces. El Jefe fue patrocinador y padrino de numerosas bodas, bautizos y cumpleaños de sus familiares, a diplomáticos nacionales. Sin embargo el único que contrajo matrimonio en el Palacio Nacional fue Héctor B. Trujillo Molina (Negro) con la estadounidense Alma McLaughin.
Leonardo Matos Berrido
Yo cubría las actividades sociales a las que asistían Ramfis y Angelita fuera del Palacio, y también a las recepciones en las embajadas. Era una época de una actividad social y diplomática muy intensa, era rara la noche que yo no asistiera a una actividad de ese tipo, en algunas ocasiones a más de una.