Por más de 60 años los banilejos han estado luchando por una protección mas efectiva de la formación geológica de las dunas, ubicadas en la parte sur occidental en el final de la bahía de Las Calderas. Es poco lo que se ha logrado con años de controles, prohibiciones y verdadera masacre ecológica con asalto indiscriminado de esas arenas que han ido en aumento a medida que crece el boom inmobiliario de Santo Domingo, San Cristóbal y Baní.
Son cientos de camiones de volteo que transitaban diariamente desde la década del 60 por las estrechas calles de Baní transportando miles de toneladas de las valiosas arenas finas de las dunas, excelente para el terminado de las superficies de las paredes de las edificaciones que brotan en esa zona de la plataforma marina del arroyo Bahía hasta el Haina. No han servido de nada las disposiciones oficiales para prohibir la extracción de arena de las dunas ya que impunemente los camiones de volteo a ojo vista de las autoridades, transitan frente a los retenes sin consecuencias legales. Tan solo una propina a los que vigilan es el resultado gratificante de un negocio para los dueños de tales flotillas de camiones de los cientos de contratistas constructores. Las dunas han menguado y tan solo en un radio de unos siete kilómetros es que se respeta la protección de las dunas desde la base naval hasta la carretera al poblado de Las Calderas, siendo el resto del área hasta Sombrero territorio salvaje sujeto a la voracidad humana de los camioneros de actuar impunemente.
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Han sido numerosas las cadenas humanas que han formado los ciudadanos de Bani y de otras localidades a lo largo de la carretera principal y en las cercanías de la Base Naval. Esas cadenas que han formado los ciudadanos para detener explotación de las dunas pero con resultados negativos por la pasividad de oficial civil y militar sin recursos y poco interés para frenar el desastre ecológico
Las dunas tienen una extensión de este a oeste de unos 15 kilómetros, que se extiende desde Punta Salinas en el extremo sur de la bahía donde están las salinas de Las Calderas hasta arroyo Bahía en las cercanías de Sombrero y mas allá de Matanzas. La calidad de la arena varía y los depredadores aprovechan siempre las zonas menos vigiladas y no importa los retenes militares ya que es un personal por tradición muy sobornable.
En los tiempos de la dictadura de Trujillo existía un control más estricto ya que el propio dictador decía que explotar las dunas era dejar sin protección la base naval y a la bahía. En esa década del 50 existía una voluntad de los militares de cuidar esa parte de las dunas colindante con la base naval y allí existía una estricta vigilancia bien supervisada por los marinos destacados en esa hermosa bahía. Y a la vez se protegían las instalaciones de las salinas que son la fuente de riqueza para el ayuntamiento de Baní por la calidad de la sal que por evaporación se genera en esas aguas de gran salinidad y de altas temperaturas. Durante la dictadura, a Baní el gobierno dictatorial le arrebató el usufructo de las salinas para entregárselo a San Cristóbal por ser la cuna benemérita del dictador. Luego, en 1961, restauraron sus derechos a Baní.