Lo que no detendrá ese muro

Lo que no detendrá ese muro

César Pérez

En el mundo existen 11 muros que dividen países, el existente entre México y los EEUU es el único en este continente. Ahora nosotros tendremos el segundo, entrando en otra lista de los peores, en esas que siempre son afrentosas. Pocos entendemos la premura y pertinencia de erigir ese muro en estos momentos, tampoco que se construya sin que se haya calibrado el impacto tendría esa acción en una significativa franja de funcionarios del propio gobierno que siempre se ha opuesto a esa falsa solución del tema migratorio.

Con esa iniciativa, que de por sí no solucionará esa cuestión, el Gobierno logra el apoyo de los ultranacionalistas, además un elemento de distracción, pero eso no detendrá el tornado que podría producir las demandas que se avizoran.

En efecto, la construcción de muros fronterizos es generalmente demanda de sectores que en sus países se distinguen por ser irremediablemente intolerantes, y de signos claramente ultranacionalistas y xenófobos. Aquí no somos una excepción, los grupos de esa catadura se batieron durante décadas por la construcción del muro que actualmente se levanta en nuestra frontera con Haití. Lo hicieron sin éxito durante los gobiernos del PLD, ahora, sin mucho esfuerzo lo han logrado en un gobierno que entre sus más conspicuas figuras se encuentra gente que toda su vida se ha batido contra esa idea, no sólo por su nefasto significado sino por su cuestionable eficacia.

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Y es lo que no encaja en la mente de no pocos. El gobierno se gana de aliados a fuerzas que a pesar del mucho ruido que hacen, son de absoluta irrelevancia en términos político/electoral que, del odio, la mentira y fabulación han hecho profesión, enajenándose sectores que social y políticamente tienen real relevancia y significativa ascendencia en las esferas de la cultura, la ciencia, además de influyentes sectores eclesiales.

No se entiende cómo el gobierno se enajena estos sectores, poco antes de terminar el segundo año de su mandato, de búsqueda de consenso para sus proyectos de reformas subestimando la peligrosidad de los evidentes nubarrones que se ciernen sobre el panorama político y social de este país.

Para enfrentar esa circunstancia, esta administración debe tener bien tensas las riendas para conducirse en las amenazas de indetenible aumento de los precios de productos básicos, los gravosos subsidios a los hidrocarburos, de Punta Catalina en todas sus vertientes, de crisis sanitaria, de salud, educación, gestión del territorio, de la delincuencia y, naturalmente del tema migratorio. La construcción del muro, ni el apoyo de los ultranacionalistas podrán contener esas amenazas, todo lo contrario: contribuirá a acentuar su paulatina pérdida de consenso en significativos sectores políticos y sociales.

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