La propuesta de alianza electoral entre el nuevo partido del ex-presidente Leonel Fernández, La Fuerza del Pueblo (LFP), y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) es rechazada como inconveniente por la dirección y el candidato presidencial del principal opositor que se beneficia de la división del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Sin embargo, en los ámbitos del liderazgo perremeísta no se descarta la posibilidad de coincidir en algunas candidaturas senatoriales y de alcaldes que conciertan diversos partidos, incluyendo algunos de los que favorecen la candidatura presidencial de Fernández y a Alianza País que postularía a Guillermo Moreno, y en rechazar la irrupción del gobierno en la campaña.
Nuevo escenario electoral
La salida de Leonel Fernández del PLD que llevó al poder y los términos de ruptura intercambiados con el presidente Danilo Medina, tras una votación primaria que los dividió a dos mitades, han creado un nuevo escenario de cara a las elecciones generales del 2020, dejando al PRM y su candidato presidencial Luis Abinader como primera opción. La táctica de no intervenir en la disputa por el control del PLD, dejando que sus dos líderes “se maten entre sí”, ha cambiado el panorama preelectoral en favor del PRM, con amplio espacio para seguir fortaleciéndose como alternativa ante el hastío generado por la prolongación del peledeísmo en el poder, sin poder resolver ni uno solo de los grandes problemas nacionales.
El PRM salió fortalecido de las primarias internas, que transitó en armonía y sin confrontaciones significativas, con una clara opción por el economista y empresario Luis Abinader, que en los últimos años se consolida en las encuestas más acreditadas, como Gallup y Mark Penn, donde ha aparecido como principal líder de la oposición y compitiendo con las opciones del PLD, Danilo Medina y Leonel Fernández.
Abinader, de 52 años, 6 menos que Gonzalo Castillo y 13 que Leonel, debutó en la candidatura presidencial en 2016, con el 35% de la votación, luchando contra un PLD unido y todos los abusos del Estado, y ahora podría beneficiarse de las grandes insatisfacciones que expresan las encuestas y que quedaron de manifiesto en el movimiento de la Marcha Verde. Ya en la última encuesta Gallup-HOY, en mayo, 58% favoreció un cambio de gobierno.
Las sorpresas de Quique
Apenas dos días después de la división del PLD, Federico Antún (Quique), presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) generó múltiples especulaciones al proponer una Unidad Nacional Opositora (UNO) pretendiendo unir a Leonel con el PRM y toda la oposición política al PLD y su gobierno, bajo casi el mismo programa de reformas que formuló el 22 de julio, dos días después que el presidente Medina resignara su proyecto de reelección. Antún reafirmó su velocidad, pero esta vez se cuidó de no incluir en su proyecto la reforma constitucional para que Danilo pueda volver a ser candidato presidencial a partir del 2024.
Como sus propuestas de julio, éstas no han sido aprobadas por su partido, que se suponía inclinado a pactar con el PRM, aunque el secretario general Rogelio Genao prefería hacerlo con el presidente Medina, y Antún se reservaba un acuerdo con Leonel, si éste ganaba la candidatura del PLD. Aunque el PRSC pidió una “pausa” en la mesa de concertación montada por la Coalición Democrática para la Regeneración Nacional, donde participan otros 5 partidos incluido el PRM, recientemente había reanudado negociaciones directas con los perremeístas, que la semana pasada esperaban concluirlas.
Fuentes de crédito aseguran que el PRM reaccionó negativamente cuando Quique le informó que había alcanzado acuerdo para postular a Leonel, donde por las actuales circunstancias los reformistas podrían conseguir una mayor cuota de candidaturas. Estaba descartado que pudieran participar solos, cuando las encuestas no le acercan al 5% mínimo que les permite recibir la misma contribución financiera del presupuesto nacional que los partidos dominantes. Este año fue 302 millones de pesos, que se duplicarán en el 2020.
Tampoco conviene a Leonel
Si no es bajo su hegemonía, imposible de aceptar por el PRM, para Leonel Fernández sería suicida caer en una incertidumbre, pues para mantener gran parte del apoyo que recibió en las primarias del PLD, tiene urgencia de partir como candidato en capacidad de disputar la primacía al delfín del presidente Medina, Gonzalo Castillo. Y necesita una rápida proclamación de candidato presidencial, para reducir la fuerza de atracción del gobierno sobre sus seguidores, lo que ocurriría este fin de semana no sólo por el PRSC, sino también de su nuevo partido, LFP, la FNP, PQDC, PUN, y BIS, seis en total.
Porque es casi seguro que tenga que llevar al Tribunal Superior Electoral y en última instancia al Tribunal Constitucional el reclamo de su derecho a ser candidato, limitado por las leyes de Partidos y del Régimen Electoral. Danilo dio por hecho que será candidato, y tal vez le convenga, porque bloquearlo victimándolo, beneficiaría al PRM en primera o segunda vuelta.
El PLD recuperaría mayor proporción de los leonelistas si estos vieran que su suerte dependería de quienes hasta ahora han sido sus mayores opositores e impugnadores. Lo que sí convendría al polo de Leonel es promover un acuerdo de toda la oposición, incluyendo al PRM, para exigir que el Estado se mantenga fuera de la campaña electoral, sobre todo después que el presidente Medina dijo esta semana que pidió a Gonzalo Castillo que no hablara en la asamblea de su partido “para protegerlo”, y proclamó que “yo gano las elecciones”.
Reducido el abuso del Estado para promover a un débil candidato, las posibilidades de Leonel aumentarían. Y si él no va a la segunda vuelta, tendría la llave para evitar la pela que le prometió Medina, inclinando los que le sigan hacia Abinader. Si le tocara a él la segunda ronda contra Gonzalo, los perremeístas no podrían inclinarse por el danilismo.
Fuerte rechazo en PRM
Se da por cierto que hubo reuniones de comisionados para escuchar las nuevas propuestas de Antún, pero en el PRM el rechazo ha sido casi absoluto, según las fuentes. Comenzando por el propio candidato Abinader que reaccionó molesto cuando Quique le comunicó su súbita preferencia por Leonel y su nuevo partido, “cuando ya esperaban cerrar acuerdos”. El sector que encabeza Hipólito Mejía por nada del mundo quiere saber del expresidente del PLD, al que ha rechazado públicamente en los últimos años.
La primera debilidad del plan de Quique es que partía enarbolando la candidatura de Leonel, la que estaría proclamando en su asamblea eleccionaria de este fin de semana, cuando al PRM, a punto de pactar con otros 5 partidos, ni remotamente le convenía abrir incertidumbre. La primera consecuencia es que tendría dificultades para explicar que pudiera hacer alianza con quien durante años responsabilizaba de la entronización de la corrupción y la dominación política del PLD y de la manipulación de todas las instituciones estatales y parte de las sociales.
De pactar con Leonel, a quien todas las encuestas dan una alta tasa de rechazo en el electorado no peledeísta, tanto que el presidente Medina peleó durante dos años hasta lograr el padrón universal para elegir las candidaturas del PLD, el PRM arriesgaría alienarse los sectores sociales que, como los que se expresaron en la Marcha Verde, tienen a los dos líderes peledeístas en el mismo sartén de rechazo. Sería una bomba en la mesa de la Coalición Democrática, donde se planea que aAbinader le corresponde seguir catalizando la insatisfacción y el cansancio del peledeísmo, mayor tras su ácida división. La salida del PRSC de su mesa de concertación le permitiría incrementar las candidaturas de líderes sociales y personalidades independientes y fortalecer el proyecto de “pacto político social para regenerar el país”.
Juegan a la muerte súbita
Los leonelistas tienen otro recurso, sumarse a concertaciones puntuales que los acerque a toda la oposición al Gobierno, buscando intercambiar apoyos para candidaturas senatoriales y a alcaldías, de personas inobjetables, en lo que están empeñados todavía algunos de sus aliados de Juntos Podemos, Alianza País y el PRM. Por ejemplo las candidaturas a senadores, ahora sin arrastre, de Antonio Taveras, Eduardo Estrella, Faride Raful, y a alcaldes como Manuel Jiménez, con variados apoyos partidistas. En esos niveles los leonelistas podrían buscar apoyos locales para impulsar algunas de sus figuras más potables y aliados. Tanto él como los perremeístas tendrían que afinar sus tácticas para dejar abiertas posibilidades de sumatoria en segunda vuelta.
Como en las eliminatorias deportivas de un solo partido, Leonel y Danilo juegan a la “muerte súbita”, el que gane predominará y el perdedor se tendría que ir para su casa, y probablemente de manera definitiva. Si los odios y resentimientos que exhiben siguen imponiéndose, pondrían hasta en peligro la estabilidad nacional y ahí podrían cosechar un rechazo bilateral, generando una corrida de Abinader, de éste manejarse con astucia pero también determinación, como la que exhibió el domingo al advertir que sin elecciones limpias se pondrá en juego la paz social.
Si alguna concertación es viable de inmediato y rentable para todos, es generar sinergias conjuntas capaces de motorizar apoyo social para contener los abusos del Estado, una especie de nuevo “pacto por la democracia”, y conseguir que la Junta Central Electoral cumpla la responsabilidad que le acuerdan los artículos 211 y 212 (párrafo IV) de que “velará porque los procesos electorales se realicen con sujeción a los principios de libertad y equidad en el desarrollo de las campañas y transparencia en la utilización del financiamiento. En consecuencia tendrá facultad para reglamentar los tiempos y límites en los gastos de campaña, así como el acceso equitativo a los medios de comunicación”.-