Mal manejo de desechos hospitalarios en RD: grave atentado a la salud que enferma afluentes

Mal manejo de desechos hospitalarios en RD: grave atentado a la salud que enferma afluentes

La mezcla de los residuos arropan nuestras costas. Foto: Elieser Tapia.

El mal manejo de los desechos, incluidos hospitalarios en República Dominicana, pasa severa factura al país y peor aún, ese grave daño extiende sus efectos nocivos hasta las corrientes de agua que desembocan en el mar, incluso cruzan las fronteras marítimas de Cuba y Haití.

El peligro es evidente, sobre todo, porque estos residuos al hacer contacto con el agua encuentran las condiciones adecuadas de temperaturas y material orgánico que proliferan en los ríos, cañadas y costas del país.

Otros, terminan sumergidos hasta descomponerse, multiplicarse y fomentar las bacterias como los restos de animales, de pesticidas, medicamentos sin etiquetas, botellas sin prescripciones, mascarillas, pero más las agujas, jeringuillas y frascos de sangre.

El ambientalista César Vargas expone otro elemento que agrava. Las plantas de tratamiento de agua apenas trabajan entre un 6 % y 7 % y esta carencia impide tratar los desperdicios de manera colectiva.

Sólo en el Distrito Nacional, 393 barrios tienen acueductos, pero muy pocos con sistemas de alcantarillado sanitario para recoger, tratar y disponer las aguas residuales contaminadas que se generan en los hogares, comercios, y afluentes.

Indicó que la puerta abierta al peligro de los residuos hospitalarios está sustentado en muchos factores, como la mezcla en la recolección de los peligrosos e infecciosos con los comunes. Esto muestra el continuo incumplimiento de la reglamentación.

Una situación de riesgo para el personal que labora en los centros médicos, en la recolección de basura y a los buzos que hurgan en vertederos. Vargas ve un problema ramificado que golpea incluso el presupuesto estatal de salud, al incrementar las enfermedades.

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Otro factor, la división de los desechos peligrosos desde los hospitales, el técnico detalla que el 10 % de todo el plástico consumido en el mundo pertenece al sector salud, sumándole a esto el 5 % de residuos médicos considerados peligrosos entra en contacto con contaminantes como bacterias hongos microbios y partes humanas como sangre y restos a consecuencias de extirpaciones de biopsias y tumores por medios de jeringuillas, catéter y navajas.

Alertó además que los ayuntamientos deben jugar un rol protagónico, que empieza con la recogida puntual de basura en los hospitales, ya que semanalmente acumulan entre 100 y 200 tanques de 55 galones y la espera acarrea cantidades enormes de bacterias.

Reiteró que no solo las veterinarias, clínicas y hospitales están sujetos a cumplir las reglas,  sino todas las empresas y lugares donde existen áreas de primeros auxilios y usan material como gasas y jeringas. Esto abarca los operativos médicos.

Una solución, pero…

Los hospitales de República Dominicana deben disponer de maquinarias para la incineración total de la basura y quedar solo las cenizas, ser llevadas al área de almacenamiento de los desechos comunes, ya que son material inerte y no producen daños en el medio ambiente, explica el doctor Luis Feliz Roa, exdirector de Salud Ambiental.

No obstante, el experto detalla que existen hospitales que carecen de recursos y no pueden adquirirlas, por lo que recomendó a las autoridades que les provea de pequeñas autoclaves. Indica que son pocas las empresas con los debidos permisos y equipos para operar.

Pero, también, la inestabilidad en los pagos es otro obstáculo que impide que las empresas puedan ofrecerles la asistencia de recolección. El costo depende del volumen que generen. El más elevado es de RD$80,000 a RD$110,000 y el más económico de RD$30,000 a RD$40,000 pesos.

Insistió en que el erróneo manejo revela que las inversiones en materia de salud deben tener en cuenta las repercusiones ambientales y climáticas, y cada vez ser más consciente de los beneficios indirectos de sus actuaciones. 

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Hospitales del país acumulan entre 100 y 200 tanques de 55 galones. Foto: José Francisco

Otros especialistas difieren, en el documento “La incineración de residuos hospitalarios daña la salud” Paul Connett, de la Universidad de Saint Lawrence, Estados Unidos, explica que tanto los incineradores de residuos hospitalarios, como los de residuos industriales, liberan al medio ambiente compuestos denominados Productos de Combustión Incompleta (PICs) entre los que se encuentran las dioxinas y los foranos, metales pesados y residuos sin quemar.

Para Connett, ignorar esta información y aprobar la instalación de un incinerador de residuos hospitalarios es una demostración de que a priori no existe voluntad de ejercer ningún control sobre esas plantas, y que se confiará en la palabra de las empresas, lo que deja al medio ambiente y a la salud pública absolutamente desprotegidos.

Costas atragantadas

Felicita Heredia, bióloga marina y miembro de la Academia de Ciencias, destaca que millones de envases plásticos continúan llegando cada día a cañadas, ríos y mares en República Dominicana por la falta de conciencia ciudadana, pero sobre todo, de legislaciones que continúan posponiendo su prohibición, pese ser promulgada la Ley 225-20 General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos, y la 94-20 sobre Educación y Comunicación Ambiental.

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Vertederos improvisados en Santo Domingo Norte, Santo Domingo Oeste y Santo Domingo Este. Foto: Arlennis Castillo/ Elieser Tapia.

Al llover, citó como diversas cañadas de Guajimía, en Santo Domingo Oeste, Puerto Rico, en Santo Domingo Este, y otras en Distrito Nacional, son correas de transmisión de desechos sólidos, la primera descarga en el río Haina y la segunda en el Ozama, fuentes que desembocan en el litoral Sur de Santo Domingo.

Se estima que el caos ambiental también se extiende a otras localidades del territorio dominicano, donde operan 240 vertederos de basura a cielo abierto, pero que tienen en Duquesa al más grande de toda Centroamérica y el Caribe, donde a diario ingresan cerca de 4,500 toneladas de basura. Haina, San Cristóbal y Villa Altagracia también son incluidos. Sostuvo el consultor en asuntos municipales Waldys Taveras.

Se debe monitorear su trayecto; desde RD atraviesan otras fronteras

Puntos donde se realizaron los lanzamientos 2

Los desechos médicos manejados de forma incorrecta en República Dominicana no solo contaminan sus playas: pueden viajar cientos de kilómetros, a causa de las corrientes del mar, y llegar a las costas de otros países como Cuba o Haití.

La investigación “Rastreo de Desechos Médicos Oceánicos” realizada por un equipo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) determinó cuál es la ruta que siguen los desechos desde las costas dominicanas gracias a la investigación, encabezada por Randy Espinal Cabrera y la universidad Palm Beach Atlantic.

Espinal reveló que los desechos médicos lanzados al mar incrementaron durante la pandemia del Covid-19. Los que más se encontraron fueron medicamentos sin etiquetas, botellas sin prescripciones, agujas, mascarillas, jeringuillas y frascos de sangre.

Para hacer el rastreo, que contó con fondos del Gobierno de Estados Unidos (a través de su embajada), el equipo universitario lanzó rastreadores GPS y tarjetas flotantes biodegradables desde la playa Los Cuadritos en San Cristóbal, Punta Cana y Punta Popy, en Samaná. Las tarjetas tenían escritas instrucciones para que las personas pudieran comunicarse con los investigadores y reportar el lugar donde las encontraron.

En el mar, estos equipos estuvieron moviéndose tres meses, desde noviembre del 2021, cuando fueron lanzados desde punto de origen, hasta enero 2022. “Nosotros estuvimos totalmente sorprendidos por las respuestas que recibimos desde Cuba, Haití, Punta Cana, de personas que reportaron vía WhatsApp la ubicación exacta de tarjetas”, dijo Espinal.

Al dar a conocer los resultados de la investigación, Espinal explicó que desde Punta Popy, Samaná, se reportaron 25 tarjetas halladas en la zona costera de Holguín. El rastreador ubicado en esta localidad cubana, precisó una distancia recorrida de 559 kilómetros. Desde San Cristóbal, las tarjetas y rastreador fueron ubicados en Belle-Anse, al sureste de Haití, con un recorrido aproximado de 426 kilómetros. El porcentaje de recuperación de las tarjetas fue muy bajo, solo un 3 %.

El equipo de investigadores estuvo compuesto también por Jenny Gómez, Patricia Díaz y Aileen de la Cruz, de PUCMM; y por Linda Sedlacek y Angela Witmer, desde la Universidad de Palm Beach Atlantic, academia que tiene años investigando el origen de los residuos médicos que se encuentran en esta localidad de La Florida.

Recolección

De los 166 desechos médicos colectados, 38 fueron frascos de medicamentos vacíos (22.8 % de la muestra), 17.4% con agujas de tapa, 16.2%  jeringas con aguja y unas 18 mascarillas, arrojando un total de 10.8% de los sólidos encontrados.

En menor proporción, encontraron inhaladores de pacientes asmáticos y catéteres intravenosos, pero en mayor cantidad, lancetas para pacientes con diabetes quienes tienen que pincharse a diario y muchas veces arrojan las lancetas en la basura común sin volver a colocarle el tapón protector. También citó el caso de quienes deben inyectarse insulina cada día y no desechan las jeringas correctamente.

Los investigadores reiteraron que todavía existen pocas evidencias científicas levantadas en el Caribe sobre estos recorridos de materiales inorgánicos, no obstante realizarlo desde la República Dominicana, supone un avance para continuar generando información útil que pueda ser de ayuda en la toma de decisiones y políticas públicas sobre el manejo de desechos en toda la región del Caribe.

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