María Dimitrova, la cara visible del karate en la República Dominicana

María Dimitrova, la cara visible del karate en la República Dominicana

DOHA, QATAR - 13 DE OCTUBRE: Maria Dimitrova de la República Dominicana compite en el evento Kata individual femenino durante los Juegos Mundiales de Playa ANOC el 13 de octubre de 2019 en Doha, Qatar. (Foto de Mark Runnacles/Getty Images para ANOC) 2019 Getty Images

Al igual que otros muchos deportistas alrededor del mundo, la karateca María Dimitrova lleva meses entrenando en casa. En su país, en la República Dominicana, la situación creada por el COVID-19 está lejos de control.

Sin competiciones previstas para los próximos meses, la deportista nacida en Bulgaria y especialista en la modalidad de Kata asegura que lo más difícil es seguir entrenando sin un objetivo específico.

En esta larga carrera con meses sin enfrentarse a un rival, su objetivo final sigue siendo claro: los Juegos Olímpicos.

Cuando la pandemia detuvo todas las actividades deportivas, Dimitrova se estaba preparando para el torneo en el que tenía que asegurar su participación en el mayor evento deportivo del mundo. En el último ranking mundial, la atleta ocupaba la décima posición en la carrera por un cupo para Tokio 2020, algo que la mantiene optimista sobre sus posibilidades de estar en el debut Olímpico del karate el próximo año.

“Mis planes se mantienen exactamente igual hasta el momento, no han cambiado, simplemente se ha agregado un año más al ciclo Olímpico», explica a Tokio 2020.

«Mi compromiso con la República Dominicana continúa de la misma manera y la meta es la misma, aunque el enfoque por las circunstancias no sea igual, una vez salgamos de la crisis, el compromiso es Tokio 2021».

Preparándose en casa

Dimitrova dice sentirse afortunada ya que en su deporte puede seguir entrenando en casa y no necesita de grandes instalaciones. De todas formas, echa de menos entrenar con otras personas.

“Creo que lo que me ha afectado más a nivel personal es que no estoy entrenando con ningún entrenador ahora mismo. Es difícil porqué no es lo mismo entrenar sola que con alguien que te esté viendo y apoyando. Estoy ansiosa por volver a los entrenamientos normales”, explica.

El área de la terraza de su hogar es ahora su lugar de entrenamiento y donde trabaja para mantener sus condiciones físicas y técnicas.

“Nuestro trabajo es entrenarnos, manteniendo la forma hasta donde se pueda”, asegura, al tiempo de señalar que realiza los entrenamientos básicos del karate con un programa que suministra de manera virtual su entrenador físico Tony Parra.

Otro aspecto que la mantiene motivada es poder asistir al debut de su deporte en la competición Olímpica.

“El hecho que nuestro deporte sea finalmente Olímpico es un sueño para todos los karatecas. El karate es un deporte muy bonito y atractivo y se merece formar parte de unos Juegos”, opina.DOHA, QATAR - 13 DE OCTUBRE: Maria Dimitrova de la República Dominicana sonríe después de ganar una medalla de bronce en el evento de Kata individual femenino durante los Juegos Mundiales de Playa ANOC el 13 de octubre de 2019 en Doha, Qatar. (Foto de Mark Runnacles/Getty Images para ANOC)DOHA, QATAR – 13 DE OCTUBRE: Maria Dimitrova de la República Dominicana sonríe después de ganar una medalla de bronce en el evento de Kata individual femenino durante los Juegos Mundiales de Playa ANOC el 13 de octubre de 2019 en Doha, Qatar. (Foto de Mark Runnacles/Getty Images para ANOC)2019 Getty Images

De Sofía a Sousa

Dimitrova es desde hace muchos años la cara visible del karate en la República Dominicana, una auténtica pionera en este deporte en el Caribe.

La atleta nació en Sofía, en Bulgaria, donde empezó a los cuatro años a practicar karate en casa con su padre, quien era profesor de esta modalidad deportiva.

Cuando tenía seis años, su familia se mudó a la República Dominicana. Al llegar a Sousa, en la provincia de Puerto Plata, su padre abrió una escuela de karate y ella continuó aprendiendo con él.

El cambio más importante llegó cuando tenía 13 años y empezó a entrenar con un sensei que no era su progenitor. “Fue difícil, pero como todo en la vida, uno se adapta. Al principio me costó, pero busqué la forma de seguir adelante”, recuerda.

Los éxitos no tardaron en llegar. Primero en competiciones juveniles y luego en torneos internacionales.

Dimitrova se ha clasificada entre las mejores del mundo en Kata femenina desde 2005, cuando ganó la medalla de oro en el XVI Campeonato Panamericano de Karate Junior en Montevideo, en Uruguay. Ese mismo año, también ganó su primera medalla mundial en el WKF World Junior Karate Championship, en Chipre.

En 2006, la deportista comenzó a viajar a Japón para entrenar con Yukimitsu Hasegawa, siete veces campeón del mundo. Ese año, como resultado de su entrenamiento en el país nipón, ganó la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2006 en Cartagena de Indias, en Colombia.

En la República Dominicana entrenaba 2 horas al día. Cuando fui a Japón, entrenaba 7 o 8 horas. Fue un cambio muy grande para mí y aprendí mucho.

«Me levantaba dolorida, no podía caminar, pero sentía una gran emoción por llegar a la escuela de karate y seguir entrenando. Tener esa oportunidad, entrenar con grandes maestros en Japón, fue lo que me abrió las puertas a nivel internacional. Gracias a esas enseñanzas, pude subir mi nivel técnico”, explica.

Gracias sus éxitos internacionales, Dimitrova ha contado con el apoyo de las principales instituciones deportivas de su país.

A lo largo de su trayectoria, la deportista ha recibido seis veces el premio de Atleta de Karate del Año por parte de la Federación Dominicana de Karate (FEDOKARATE), la Asociación de Escritores Deportivos (ACD) y el Comité Olímpico Dominicano (COD). Gracias a sus logros, es muy popular en su país donde se la considera un ejemplo positivo para los jóvenes.

De atleta a profesora

Además de ser una atleta de alto rendimiento, Dimitrova también es profesora de karate y empresaria. Tiene una Academia de Artes Marciales, para el aprendizaje de defensa personal, así como cinco escuelas de karate que responden al nombre de “Dimitrova Dojo” (una en Santo Domingo y las otras en la región Este del país).

“La verdad es que nunca me había planteado ser profesora. Pero un día mi sensei se tuvo que regresar a Japón y yo asumí la escuela. Cuando empecé a dar clases, me enamoré de la experiencia. Al ver el cambio en esos niños, al entrar y salir del dojo, vi que podía marcar una diferencia”.

En la actualidad, las escuelas de Dimitrova tienen más de 200 alumnos. El 98 % de los integrantes de la selección nacional infantil y juvenil de la República Dominicana han pasado por alguno de sus centros.

“Creo que este ha sido el mejor aporte que yo he hecho a mi país, más que las medallas internacionales. La formación de todos estos atletas, la masificación de mi deporte y la preparación de la próxima generación de karatecas. Estoy muy orgullosa”.

Otro proyecto mucho más reciente es su fundación. A través de esta apadrina a niñas de escasos recursos en la práctica del karate.

“Vi que había niñas de pocos recursos económicos que no se podían pagar la membresía y creamos la fundación para ayudarlas. Una vez que empecé las clases, me di cuenta que había muchas niñas que habían sufrido abusos y me chocó mucho. Con la fundación, las ayudamos a través del deporte. Es increíble ver cómo cambian y cómo ganan autoestima”, apunta.

Un ciclo deportivo más

Con 17 años de trayectoria en el karate competitivo, Dimitrova había anunciado que se retiraría después de Tokio, aunque hace unos meses cambió de opinión.

Con cuatro medallas de oro consecutivas en Juegos Centroamericanos y del Caribe en la modalidad de kata, ha decido ir por su quinto título en la próxima edición de esta competición a celebrarse en el 2022 en Panamá.

“Por ahora no me retiro. Voy a seguir. Voy a hacer un ciclo más, ir a mis quintos Juegos Centroamericanos y del Caribe”, afirma convencida.

Con su determinación por seguir activa unos cuantos años más, todo indica que a la carrera deportiva de Dimitrova aún le queda un largo recorrido. Lo que la atleta tiene claro y no se cansa de repetir es que incluso cuando se retire seguirá apoyando a su país y al deporte al que ha dedicado la vida con más proyectos, trabajo y pasión.

Cortesía de Tokyo 2020