El Programa de Alimentación Escolar (PAE) de la República Dominicana, constituye el programa social más grande que maneja el estado dominicano, alcanzando a mas de 1.8 millones de beneficiarios, que reciben diariamente unos 5 millones de raciones de alimentos en los diferentes tiempos de comida. Es un programa complejo, que requiere de una importante coordinación intersectorial y que va destinado a la población mas sensible, los niños, niñas y adolescentes del país. En la actualidad, el PAE se encuentra en un proceso de mejoras continuas en la calidad nutricional, alcance, vigilancia, así como, en los componentes que le acompañan: educación alimentaria nutricional y sistema de evaluación nutricional.
Todas estas mejoras requieren mecanismos que garanticen su sostenibilidad, que puedan trascender a la voluntad de las autoridades del momento y puedan ser establecidas como norma. Es por esto, que el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil con la asesoría técnica de la Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO, ha desarrollado un anteproyecto de ley de Alimentación y Nutrición Escolar, que ha contado con la revisión de diferentes sectores del país: academia, sociedades médicas especializadas, instituciones gubernamentales, sociedad civil, docentes y escolares.
Este anteproyecto establece la elaboración y entrega de alimentos en cumplimiento a los requerimientos nutricionales establecidos por las organizaciones nacionales e internacionales para la edad escolar y que no se permita la entrega de alimentos que puedan afectar su salud. Asimismo, busca que los alimentos sean elaborados en los centros educativos, garantizando mayor calidad e inocuidad, y brinda la posibilidad de un menú mas variado. Este objetivo se fortalece con la propuesta de vinculación a la Agricultura Familiar, como fuente de alimentos mas frescos, naturales y producidos en las diferentes localidades del país, favoreciendo el desarrollo económico de las mismas. Otro elemento que queda muy claro es la importancia de garantizar agua potable para manejo y consumo en los centros educativos.
Pero no basta con vigilar únicamente lo que ocurre dentro del centro educativo. Es necesario regular el entorno y los espacios como las cafeterías escolares. Los alimentos que sean brindados en los alrededores deben cumplir con las mismas características que los ofrecidos en el PAE. No serán permitidos comidas cargadas de grasas animales, sal y azúcares, que tanto pueden afectar la salud de nuestros niños. La ejecución de estos cambios requiere educación en materia de alimentación saludable a los docentes y a los padres, quienes son sus principales líderes y guías. Entender que los hábitos desarrollados en la infancia son determinantes para la salud y calidad de vida a corto, mediano y largo plazo y que proyectos como este son vitales para cambiar las estadísticas y proyecciones establecidas, que podamos prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, obesidad, en quienes serán los líderes de nuestra nación. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim