El béisbol dominicano vivió una noche histórica el 27 de enero, cuando los Leones del Escogido se proclamaron campeones de la Serie Final número 71 de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional (LIDOM), venciendo 6-5 a los Tigres del Licey en un séptimo partido cargado de emoción, tensión y euforia.
Con este triunfo, los Leones consiguen su corona número 17 en la pelota invernal dominicana y rompen una sequía de 10 años sin alzarse con el título.
Por su parte, el Licey, que buscaba su campeonato número 25 y la oportunidad de lograr un histórico tricampeonato, vio frustradas sus aspiraciones.
Pero, ¿qué marcó la diferencia en la serie y qué factores llevaron al Licey a la derrota?
Factores clave en la derrota del Licey
Según el editor general de ESPN y Scout de Béisbol Amateur Certificado, Juan Arturo Recio, la serie se definió por la falta de productividad del Licey con corredores en posición de anotar.
“La clave fue la incapacidad del Licey de anotar carreras y conectar hits con hombres en segunda y tercera base. De hecho, cuando uno ve los números en términos generales, el Licey solo pudo conectar 14 hits en 63 turnos, con hombres en posición de anotar, que son un promedio de 222, un promedio sumamente pobre, entonces, cuando tú ves lo que hizo el Escogido en la misma posición, pues el Escogido terminó bateando para 288 y eso te dice a ti que ellos fueron más efectivos en esa situación fundamental”, explicó.
Otro factor decisivo fue el desempeño del pitcheo abridor. Aunque muchos consideraban que el pitcheo del Licey era su mayor fortaleza, los números mostraron que el Escogido tuvo un leve dominio en la rotación de abridores.
“En 24 entradas y un tercio, los abridores de los Tigres permitieron 16 carreras, y los de los Leones solamente 12. Aunque los relevistas del Licey se comportaron mucho mejor que los del Escogido”, señaló Recio.
A nivel defensivo, el especialista destacó una debilidad en los jardines del Licey, particularmente con Emilio Bonifacio.
«A pesar de que se mueve bien, tiene problemas para leer algunos batazos, para perseguirlos, y no tiene un brazo fuerte para tirar y permitir que los corredores avancen, pues también eso permitió que los Leones puedan avanzar en batazos que Emilio tenía que tirar duro y obviamente no iba a llegar la bola a la base que tenía que lanzarla», afirmó.
Errores estratégicos en la dirección del equipo
Para Recio, una de las decisiones más cuestionadas del dirigente del Licey, Gilbert Gómez, fue sacar de la alineación a Harold Ramírez, su mejor bateador en la final.
“Entonces, tú traes a un corredor emergente por él, buscando quizás la velocidad y anotar otra carrera, pero eso no se dio, y al no darse, pierdes a tu mejor bateador. Harol Ramírez empató el récord histórico de más hits en series finales hacia el mejor de siete juegos con 15 hits, y tú sacrificar ese bateador, por un corredor que no puedo anotar, fue contraproducente la decisión”, detalló Recio en una entrevista para el periódico Hoy.
Por el lado del Escogido, Albert Pujols también tomó decisiones arriesgadas con el manejo del relevo, lo que en ciertos momentos complicó a su equipo.
“Tomó muchos riesgos que al final produjeron carreras. El más grande fue en el juego seis, cuando en la entrada sexta él le dio a Harold Ramírez y a Sergio Alcántara a su lanzador, Dariel Núñez, él dijo que no tenía suficientes pitches que pudieran tirar muchos inning, pero le dio dos bateadores de más a Dariel Núñez, y eso permitió que el Licey anotara las tres carreras por las cuales ganó ese juego”, analizó Recio.
Otro punto que generó debate fue el manejo tardío del bullpen por parte del Escogido.
“Hubo momentos en los que los lanzadores del relevo entraban tarde a calentar, cuando la situación ya era apremiante. Eso fue un riesgo innecesario”, agregó.
Aciertos que marcaron la diferencia
Pese a los errores, ambos equipos tuvieron estrategias acertadas que los mantuvieron competitivos hasta el último juego.
Por parte del Escogido, mantener rotando el primer bate fue clave para mantener el ritmo ofensivo.
“Yo creo que la mejor elección del lado del Escogido fue mantener rotando a quien fue su primer bate. Fue clave porque mantuvo sus tres mejores que fueron Junior Caminero, Sócrates Brito y Jean Segura», explicó Recio.
En el caso del Licey, una de las mejores decisiones fue mantener a Harold Ramírez como tercer bate en todos los juegos en los que estuvo disponible.
Otro punto fuerte del Licey fue la rápida reacción de Gilbert Gómez para remover lanzadores en momentos críticos.
«Gilbert Gómez no le perdió el pulso a sacar lanzadores rápido. Él con eso no se durmió en la final, cuando veía que el problema se les estaba armando a sus bateadores, les dio confianza a esos relevistas, que eso también lo ayudó a mantener juegos cerrados», destacó Recio.
El resultado final dejó a los Leones del Escogido como los nuevos campeones de la LIDOM, poniendo fin a una sequía de 10 años y reafirmando su lugar en la historia del béisbol invernal dominicano. A ti, ¿qué te pareció el partidazo?
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