Promover desde la administración del gobierno un escenario pesimista sobre el acontecer económico entre los agentes económicos y ciudadanos sería irracional, ninguna autoridad en el mundo lo haría. Sin embargo, situarse en el lado opuesto, como si no aconteciera nada a nivel internacional y local, actuando en una zona de confort o bien “quitado de bulla”, sería tan pernicioso como hacer lo primero.
La admisión de la realidad y la toma de medidas precautorias en la conducción de la política económica es una postura sensata, llamada a ser valorada tanto por los empresarios, como por la población en general, especialmente, si parte de los RD$ 6,513 millones en publicidad que se están gastando y gastaran durante el 2022 se alinea a una política comunicacional educativa e informativa y no con sesgo político, como aquella expresión de que estamos cambiando.
Al menos ocho acontecimientos significativos continúan desarrollándose y que se retroalimentan en un circulo negativo, potenciando aun más los efectos no deseados sobre el acontecer económico mundial y que a su vez pasan a constituirse en riesgos potenciales para las economías emergentes, como la de República Dominicana.
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Inflación internacional, cuellos de botellas en la cadena de suministros, sanciones económicas que entorpecen el libre mercado, subida en la tasa de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos y pronto la del Banco Central Europeo, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que involucra a una parte de Occidente, la volatilidad que muestra las condiciones financieras a nivel global, la depreciación del
euro frente al dólar y la crisis alimentaria presente en algunos países y en las narices de otros.
Cada uno de los referidos acontecimientos tiene un peso sobre la economía local, que sumados y no prestarle la debida atención, como si nada pasara en el mundo, resulta una posición poco responsable. Cuando uno escucha o lee, que las autoridades locales dicen con alegría que los ingresos del fisco superaron en 25 mil millones de pesos a las proyecciones y que procuraran otros 3 mil a través de la cobranza de impuestos a las plataformas digitales, que la economía crecerá en torno al 5.0 %, que la inflación tenderá al rango meta, que el turismo se recuperó, que la economía no presenta desabastecimiento de alimentos y que los apagones se deben al pasado o bien a una culebra que se posó en el tendido eléctrico, es como para pensar que están desconectados de la realidad.
No prepararse en forma preventiva con posturas monetarias y fiscales para afrontar en el corto y mediano plazo el complejo panorama económico mundial, puede llevar a la economía dominicana a un lugar que hará elevar los costos en materia del costo de la deuda y erosionar aún más el casi nulo espacio fiscal, que producirá una interrupción de la recuperación de las actividades productivas, impactará sobre los sectores sociales más vulnerables y a la caída del salario real de los trabajadores.
En la Cámara de Diputados cursan varios nuevos préstamos que superan los 1,000 millones de dólares, al parecer no se dan cuenta de que el costo del financiamiento se eleva y las perspectivas a que continúe aumentando. Si los ingresos del gobierno en el primer mes superaron el monto estimado, cuál es la necesidad de seguir endeudando al país y por qué no frenar el déficit fiscal, aprovechando la mejoría en los ingresos y así cortar de raíz el origen de la deuda.
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Las autoridades asustan a los turistas que están por llegar al país bajo la modalidad del Airbnb con cobrarle impuesto, olvidan que el Airbnb es una salida paliativa doble para la clase media, pues, por un lado, como turistas afrontan la subida del precio del transporte aéreo y, por otro, resulta una forma de agenciar recursos monetarios complementarios, ante el tema inflacionario que padecen los propietarios de inmuebles que ya pagan el impuesto a la propiedad inmobiliaria.
Por la inflación que azota a los Estado Unidos y a Europa -territorios emisores de turismo-, el incremento de los precios le hace perder poder de compra, unido a la depreciación del euro que también le hace encarecer su capacidad como turismo emisor, por ser una variable de connotación importada para la economía de la zona del euro.
En el ámbito de la oferta de bienes alimenticios, el no prestarle la debida atención al sector agropecuario a fin de garantizar el abasto de la oferta interna a los consumidores dominicanos, coloca al país en una ruta peligrosa dentro del concierto de riesgos potenciales no atendidos oportunamente. El sector agropecuario en lo que va de año, apenas ha crecido un 2.4 %.
En el país puede esperarse en los próximos meses una disminución en la demanda, dado el hecho de que el consumo de venganza y los ingresos monetarios no gastado por el cierre parcial de la economía, probablemente se están agotando, razón que haría deprimir a la economía, como un efecto adicional al que promueve la subida de la tasa de interés y que termina construyendo un circulo negativo, que en el escenario de una inflación persistente, la economía estaría muy próxima al riesgo de la estanflación.
En el escenario eventual de que continúe elevándose la tasa de referencia del Banco Central, unida a un descenso en la actividad productiva, como es el objeto de la postura monetaria, puede afectar negativamente al sector financiero, tanto a nivel de su cartera de préstamos, a nivel de su rentabilidad y la elevación de la morosidad.
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La no atención, al menos en términos comunicación oficial, acerca de la alta posibilidad de que las economías estadounidense y europea entren en recesión económica en las próximas semanas, sería una muy mala noticia para la recuperación del turismo, las remesas, la inversión extranjera y las exportaciones dominicanas. Ante una recesión, la conducta de los ciudadanos siempre será la de priorizar el consumo y
la salud sobre el esparcimiento, de igual modo, ante la perdida de poder real de los ingresos monetarios, los ciudadanos tendrían menos capacidad para ser solidario y generosos con su familia para los envíos de remesas, a nivel de la inversión extranjera, esta se colocaría en mercados más competitivos, como el del alza de los bonos de USA, al tiempo de que, las exportaciones puedan perder mercado, al situarse esas
economías en una posición con menos capacidad para el consumo importado.
La aparición, combinación y complicación de los factores de riesgos mencionados y descritos, están a la vista, ignorarlo y mostrar una conducta oficial, inmerso en una burbuja, potenciaría con más fuerza el escenario internacional y local, afectando a la economía y a la calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos.