Por Andrea Belén
La salud mental en la República Dominicana enfrenta un desafío creciente con el aumento de casos de depresión y ansiedad. Estos problemas no pueden analizarse sin considerar la desintegración familiar y la falta de valores que prevalece en nuestra sociedad.
El rol tradicional de la familia como fuente de apoyo emocional y de formación de valores está debilitado.
Las separaciones, el abandono emocional y la falta de comunicación en los hogares han dejado a muchos, especialmente jóvenes, sin herramientas para lidiar con los retos de la vida.
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A este vacío familiar se suma la influencia negativa de las redes sociales, el contenido violento y superficial y la presión por el éxito material. Esta crisis de valores afecta profundamente la salud mental, generando un entorno donde la depresión y la ansiedad son difíciles de combatir.
El debilitamiento de la familia provoca soledad y abandono, agravando trastornos mentales. La ausencia de valores como el respeto y la empatía incrementa el aislamiento social, especialmente entre los jóvenes.
Es necesario que la sociedad reconozca la relación entre estos factores y promueva valores sólidos tanto en los hogares como en las escuelas. En el Centro Calma Alma, trabajamos desde una visión integral para fortalecer los lazos familiares y fomentar la resiliencia emocional.
La República Dominicana debe tomar conciencia de esta realidad y trabajar en la reconstrucción de la familia y de los valores que guiarán a nuestra sociedad hacia un futuro más sano.