Se entiende y se explica, aunque de ninguna manera se justifique, que miles de ciudadanos salieran en manadas a las calles a celebrar, sin respetar la distancia física ni el uso de mascarillas, el fin del toque de queda, como quien celebra la ansiada libertad luego de un largo encierro lleno de mortificantes privaciones.

También se entiende, aunque resulte más difícil de explicar y mas aun de justificar, que el presidente Danilo Medina saliera en rescate de su Penco Candidato acompañándolo a caravanear por varios pueblos del Cibao, provocando grandes aglomeraciones de personas que no guardaban la distancia física y muchos andaban sin mascarillas, poniendo el mal ejemplo y descalificándose a sí mismo para exigirle a sus gobernados que se queden en casa y eviten la propagación del coronavirus, como hizo apenas 24 horas antes y machaconamente repite su Ministro de Salud y la publicidad de su gobierno.

Después de lo que ocurrió el domingo, donde ciudadanos y políticos, y no solo del PLD, se comportaban como si el covid-19, que ha provocado 733 fallecimientos en el país, fuera un juego de muchachos, llegó el momento de gritar sálvese quien pueda.

Y la forma mas segura y confiable de mantenerse a salvo, vivo y viable es no imitar a los insensatos que le perdieron el miedo al coronavirus y, sobre todo, no seguir el pésimo ejemplo de esos políticos, empezando por el Presidente de la República, que una vez mas vuelven a demostrar que cuando andan detrás del poder no les importa nada, no respetan nada y son capaces de todo.