A nadie le gusta que le estrujen en la cara un te lo dije, mucho menos a un Gobierno hecho y derecho, pero desde que el PRM se mudó al Palacio Nacional se le está advirtiendo que está obligado a cumplir sus principales promesas de campaña o, cuando menos, a no hacer todo lo contrario de lo que dijo que haría, pues eso precipitaría su desgaste minando su credibilidad frente a sus gobernados, que en estos tiempos de cambios, de tantas cosas que jamás volverán a ser iguales, no están dispuestos a tener mucha paciencia con los políticos y sus mañoserías ya demasiado conocidas.
Por eso no debe sorprenderle que un grupo de mujeres le monten un campamento frente a la casa de gobierno recordándole que en la oposición comprometió su apoyo a las tres causales, apoyo que reiteró el presidente Luis Abinader tan pronto asumió el cargo.
El panorama se complicó mas luego de que a esa protesta se sumaron la Ministra de la Mujer, Mayra Jiménez, y la senadora del Distrito Nacional Faride Raful, quienes exhortaron a los legisladores del hoy partido oficial, mayoría en ambas cámaras, a que garanticen las libertades y derechos de las mujeres respetando su promesa de respaldar las tres causales en el Código Penal.
”El Congreso Nacional de este nuevo gobierno no puede faltar a la confianza depositada por esta ciudadanía, que a pesar de las trabas puestas por el partido morado se atrevió a votar por el cambio”.
El documento leído por Raful y Jiménez, acompañadas de otras funcionarias, es un recordatorio al gobierno de que está compelido a ser coherente con sus propuestas de campaña; sobre todo aquellas que, como el apoyo a las tres causales, pueden provocar además fisuras en la unidad del PRM, imprescindible para un partido que por haber llegado al gobierno con votos prestados, de rechazo al PLD, tiene una base social muy frágil que no debe darse el lujo de perder con un camino tan largo y difícil todavía por recorrer.