Por: Wendy Berroa Hernandez
La Semana Santa es el tiempo en que conmemoramos la muerte y pasión de Cristo. Hoy día las nuevas generaciones la perciben como un tiempo de esparcimiento y diversión, mientras que para las generaciones pasadas era un tiempo de recogimiento, reflexión y oración. Sí, para los
años 70, 80, 90 y principio del 2000, la Semana Santa o Semana Mayor era un tiempo sagrado.
Lo esencial para aquellos años cuando llegaba la cuaresma, como se denomina a la época en la que
conmemoramos la muerte y resurrección del Señor Jesucristo, era dedicar tiempo a los actos
litúrgicos, estar en casa tranquilos, ver películas alusivas a la crucifixión y la purificación.
Todos unidos en un mismo espíritu y en reverencia a la fecha sagrada, sin importar a qué religión o
iglesia perteneciera. Eran más reservados pero también respetaban esta semana y la dedicaban a
la oración y restauración de sus feligreses con ayunos, retiros y el domingo tiempo de regocijo ya
que Jesús había resucitado.
Para los que no profesaban ninguna religión o simplemente no asistían a una iglesia, también
reverenciaban el tiempo de asueto y cuidaban de no involucrar esta fecha con eventos festivos.
Era un tiempo sagrado para todos.
Le puede interesar: Semana Santa: ¿Cuál es su significado y qué se realiza cada día?
Según nos explica el Reverendo Diácono Juan Rivas, de la Parroquia Divino Niño Jesús, este es un
tiempo de suma importancia ya que nos invita a la reflexión y a vivir en el espíritu esa tristeza y
sufrimiento de nuestro señor Jesucristo, para también celebrar con él la resurrección.
Conmemorar la cuaresma, es asumirla en nuestras vidas. Pero para vivirla hay que conocerla, y un
punto muy importante es explicarle a la nueva generación ¿Qué es la cuaresma? Que puedan
entender que este es un tiempo litúrgico en el que se entrelazan los tres pilares que el padre
celestial proporcionó: la oración, el ayuno y la limosna.
Los tres pilares
La oración, que es esa conversación que nos conecta directamente con Dios. El ayuno que es el
sacrificio vivo del cuerpo, la abstención de alimento para doblegar la carne y que el mismo Cristo
realizó antes de ser tentado en el desierto, y el último pilar, la limosna u ofrenda, que nos invita a
dar por gracia lo que por gracia recibimos.
Mientras transcurren estos 40 días, que sustentan la cuaresma, estamos llamados a la reflexión y a
ser caritativos, también debemos hacer sacrificios que nos servirán para prepararnos espiritualmente.
Muchas personas hablan o escuchan hablar de la cuaresma pero no saben a ciencia cierta la razón
de este evento que se conmemora como recordatorio de los 40 años que el pueblo de Israel
caminó junto a Moisés en el desierto, y los 40 días que nuestro señor Jesús pasó en el desierto en
consagración antes de que le fuera otorgado su ministerio y que iniciara la predicación y el realizar
milagros en público.
Inicio de la cuaresma
La cuaresma arranca con el Miércoles de Ceniza. Cabe destacar que la fecha siempre varía de un
año a otro, pero siempre termina con la Semana Santa, para concluir en el triduo pascual, que es
cuando celebramos la pascua, que está compuesto por el (Jueves Santo, Viernes Santo y el Sábado
de Gloria), en este momento es que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo y
concluye con el Domingo de Pascua. Explicó el diácono.
En este Semana Santa, debemos sacar tiempo para hacer una retro inspección de nuestro accionar,
y ver qué cosas debemos cambiar, mejorar o eliminar de nuestras vidas y movernos al amor y la
entrega, asís como el padre celestial lo hizo para con nosotros. Si cada uno intenta servir a Dios y al
prójimo con amor, el mundo será mucho mejor.