Ser un orgullo nacional nunca será suficiente

Ser un orgullo nacional nunca será suficiente

Marien Aristy Capitán

Ver a Marileidy correr es soñar con hacer posible lo imposible: solo ella es capaz de romper un récord olímpico y que parezca, para el espectador, que lo hace con la naturalidad de quien suspira.

Su historia, como la mayoría de nuestros atletas, está llena de hambre, momentos durísimos y muchísima superación. Por eso sobrecoge escucharla decir que compite “para que más jóvenes salgan adelante, porque este logro no es un simple logro, esto es una puerta que se le abre a los jóvenes dominicanos”.

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Marileidy también tiene muy presente que es un ejemplo para las niñas que, como ella, sueñan con romper techos de cristal: ¡les ha demostrado que gracias al tesón se pueden lograr metas tan altas como ser la primera dominicana en ganar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos!

La proeza de Marileidy es inmensa porque comenzó con muy poco apoyo. Eso ha cambiado gracias a su enorme talento pero habría sido justo que siempre hubiese entrenado con condiciones óptimas.

Ojalá que el ejemplo de Marileidy también se traduzca en mayor presupuesto y apoyo para los atletas: quienes hacen carrera en el deporte deben tenerlo más fácil. Es inaudito que solo reciban aplausos y el “orgullo nacional” por fajarse sin recursos a entrenar. Eso nunca será suficiente.

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