Haití continúa registrando una oleada de protestas antigubernamentales, que exigen la salida del poder y la celebración de elecciones presidenciales, mientras las pandillas parecen adueñarse del país caribeño, que marcha a la deriva.
Las manifestaciones iniciaron esta semana, luego de que el líder golpista Guy Philippe llamara a sus seguidores a levantarse en contra del gobierno interino de Ariel Henry, dejando al descubierto la falta de autoridad que reina en Puerto Príncipe.
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Los cuerpos del orden parecen estar con las manos atadas ante las amenazas que se suman poco a poco, con bandas que no respetan banderas y que le sacan el pecho a cualquier pretensión de las autoridades para aniquilarlas.
Pese a que se anunció el primer envío de efectivos policiales desde Kenia para el próximo mes, la inseguridad aumenta, en un país que vive años de lucha interna, de aguda crisis política, económica y social, pero además carece de un gobierno legítimo.
Es en ese contexto que el diario Le Nouvelliste, informó sobre el secuestro de seis monjas de Congregación de las Hermanas de Santa Ana la mañana de hoy, además de otras personas, quienes se transportaban en un autobús por Puerto Príncipe.
En una nota publicada por el medio haitiano, la oficina de la Conferencia Haitiana de Religiosas y Religiosos (CDH) indica que “Estos secuestros excesivos llenan de tristeza y miedo al pueblo consagrado de Haití y a las almas de buena voluntad”.
“En este momento doloroso, la oficina de la CDH invita a todos los cristianos en Haití a hacer una cadena de oración de súplica: “¡A Dios, clamo mi llamado!” Clamo a Dios: ¡que me escuche! «(Sal 76,2)», continúa la nota enviada por el órgano religioso.
De momento, las autoridades haitianas no han ofrecido detalles sobre ese particular, por lo que se desconoce el estado de los secuestrados, o la identidad de la banda que habría realizado el rapto.
Ese control y poderío exhibido por las bandas haitianas, han complicado la realidad de millones de ciudadanos, que luchan cada día por sobrevivir como pueden y quienes se encuentran en medio del fuego cruzado entre las autoridades y los propios criminales.