“Tavito y Antonio de la Maza… principio y fin”

“Tavito y Antonio de la Maza… principio y fin”

ORDENES. Tavito percibió el llamear ensañado de Bernardino y se negó a obedecer. Fue su pecado. Eran órdenes del Sátrapa.

La sangre escapaba entre los dedos de su mano izquierda, arañando instantes sobre el vientre del instinto. La violenta discusión con el cónsul Luis Bernardino había concluido en un final inesperado. Las iras desnaturalizadas de un temperamento desbordado habían traicionado la prudencia. Desorbitadamente había esgrimido un rabioso 38 y disparado sobre el Agregado Militar Octavio de la Maza. Aquel furioso espanto irracional, desnudó sus desbordes tras el disfraz de un morboso destino… tiró al suelo el arma y escapó, aterrado entre sus babas de locura… arrastrando el horror de sus propias errores.
Desgarrando el pañuelo enrojecido de la alfombra, las uñas ávidas de soberbia militar clavaban sus dardos agonizantes y sus muecas mordían el pedazo de angustia que apenas arrastraba, tratando de alcanzar la violencia en desbandada… al fin… logró tambaleante ponerse en pie… sin esperanzas de aliento desafió el abismo escaleras hacia la nada, rescató el arma y sin vida cierta se asomó a la tragedia… le descubrió en el nublado horizonte… su hoguera militar incendiada levantó el orgullo a la altura del odio… midió sin disimulos y disparó el arma invitada… Bernardino intentó unos pasos… un último traspié derrumbó la agonía sin estilo… y un fatigado suspiro… embruteció el borbotón de sangre.
El tiempo ladeó amarguras y los años disfrazaban la niñez. Jesús de Galíndez manoseaba sin cobardías su sentenciosa “Tesis”. Trujillo, intolerante, había perdido contacto con la realidad. Concibe el tóxico secuestro de Galíndez; purgando sus iras… viola territorio extranjero.
Gerard Murphy fue el piloto que transportó el secuestrado Galíndez ante el cadalso rabioso de Trujillo. Le depositó en Monte Cristi. Disimulado en ambulancia a Dajabón, fue transportado desde allí en avión de CDA hasta San Isidro. El piloto maldecido del destino había sido Tavito de la Maza.
El entusiasmo sin escrúpulos de Murphy terminó comprometiendo sus indiscreciones frente al régimen en CDA. Su novia, la azafata Cairie, le advertía. Hablaba mucho, se regodeaba, y cuando tomó conciencia de la imprudencia e intentó renunciar, era demasiado tarde. Trujillo había decretado su eliminación. Le asesinaron junto a pecados inéditos, intentando deshonrar sus besos a Cairie y enlodar la hombría de Tavito, ensangrentando el oleaje lloroso de un Malecón sin testigos.
Un enceguecido rencor en Bernardino y una “capciosa” indolencia indiferente en Trujillo, bañan en sangre su destino y desborda la conciencia de su hermano Antonio hacia el “30 de Mayo”:
“Después de los saludos de Año Nuevo y el intercambio de cumplidos, McLaughlin comunicó a la concurrencia que el propósito de la reunión era hacerlos participar en un sorteo para ver quién de ellos se declararía CULPABLE DE ASESINAR A MURPHY. A su declaración de culpabilidad seguiría una breve condena de seis meses a un año en prisión, pero continuaría recibiendo su paga completa junto con una anotación de un magistrado en registros de tribunales de que la defensa propia es el motivo de la condena ligera. EL PLAN ENTERO HABÍA SIDO URDIDO POR TRUJILLO, quien delegó su ejecución a McLaughlin. Impactados por la sugerencia, los pilotos se quedaron sentados con el rostro como de piedra y tal vez aterrados. McLaughlin anunció que se escribirían los nombres de los pilotos en trozos de papel que se colocarían en un sombrero y el sorteo se haría al día siguiente. Este argumento no resultó. FÉLIX BERNARDINO INTERVINO E INSISTIÓ EN QUE OCTAVIO DE LA MAZA DEBÍA SER QUIEN PAGARA EL PRECIO DE MATAR A MURPHY A CAMBIO DE HABER ASESINADO A SU HERMANO EN LONDRES”. (“El Rapto de Galindez”, Stuart A. McKeever”).
Tavito percibió el llamear ensañado de Bernardino y se negó a obedecer. Fue su pecado. Eran órdenes del Sátrapa… Conociendo las mañas odiosas del sistema, se acercó a la Embajada americana y obtuvo visado para su padre y hermana, más no solicitó asilo en otra Embajada, ni visa para él… Su valor personal es insólito, crucificaba su destino. Falsificaron “cartas” suicidas. La Embajada americana, enrabiada, exigió en justo descreimiento, evidencias de aquel indolente “montaje”.
Su cadáver fue arrojado inconsideradamente a la puerta de su esposa. Su padre, Sr. Rua, caballero insobornable, fue eliminado en un fingido accidente:
“Dos agentes del SIM del Gobierno llevaron el cadáver de De la Maza a su casa tarde por la noche, golpearon a la puerta y su esposa abrió, le arrojaron el cuerpo y dijeron: “ESTE ES EL PERRO QUE HA ESTADO ESPERANDO”. Dejaron la camilla en la que lo trajeron fuera de la casa durante más de diez horas con el fin de que los vecinos vieran lo que había tenido lugar. Los agentes vigilaban para ver quién se atrevía a mover el cadáver.”
El informante T-1 del FBI informó que Cesar Oliva García golpeó a De la Maza en la parte posterior de la cabeza con una barra de hierro. Otro informante de FBI aseguró que en realidad fue Félix Bernardino quien mató a De la Maza en el cuartel central de la Policía Nacional dominicana en represalia porque él había asesinado a Luis, el hermano de Bernardino, en Londres”. (McKeever, p. 266).
Es indudable que un dolor de familiar orgullo, late en las motivaciones de Antonio de la Maza. Sin embargo, el fermento patriótico colectivo empapa de argumentos suficientes, por encima del injusto asesinato de Tavito, graciosamente, solo para “inicialar” pañuelos ajenos ensangrentados en aquella interminable colección de tumbas sin epitafios… y escapar del justo descreimiento norteamericano.
De la Maza dispara decidido de ventana a ventana, luego arrastra enardecido la autopista, aproximándose hasta alcanzar mortalmente a Trujillo. Retando el coraje sin importar destino, dispara el “tiro de gracia”. Sus palabras epitáficas son… profunda máxima de astucia campesina: “ESTE GUARAGUAO NO COME MA’ POLLO”.
El Dr. Francisco González Cruz, quien examinara el cadáver de Trujillo, confirma:
a) Herida de bala con orificio de entrada en la región mentoniana, a nivel de la línea media, SIN ORIFICIO DE SALIDA,que ocasionó fractura del maxilar inferior y pérdida de varias piezas dentarias. (¿tiro de gracia?)
b) Herida de bala con orificio de entrada a nivel del segundo ESPACIO INTERCOSTAL IZQUIERDO, DEBAJO DE LA TETILLA.
c) Herida de bala con orificio de entrada a nivel del séptimo espacio intercostal IZQUIERDO, con orificio de salida en la cara posterior del hemitorax IZQUIERDO a nivel del séptimo espacio intercostal.
d) Herida de bala en el hueco axilar IZQUIERDO, nivel de la línea media axilar, sin orificio de salida.
e) Herida de bala con orificio de entrada en la fosa iliaca IZQUIERDA, sin orificio de salida.
f) Herida de bala con orificio de entrada a nivel de la primera falange dedo índice mano IZQUIERDA, con orificio de salida cara anterior- tercio inferior antebrazo IZQUIERDO.
g) Traumatismo región temporal auricular y malar IZQUIERDA, con hundimiento del arco cigomático.

Solo… De la Maza… podía alcanzar su lado IZQUIERDO.

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