¡Traición!

¡Traición!

Millizen Uribe

El PRM no ganó solo las elecciones del 2020. Como partido, fue favorecido, primero por un amplio sentimiento de cambio que reclamaba el país y que en parte había sido atizado por reclamos de movimientos sociales y sociedad civil, y, segundo, por el apoyo formal que le dieron organizaciones y personas independientes vía instancias como la Coalición Democrática.

En uno y en otro caso, para llegar al poder, el PRM contó con el apoyo de los sectores más avanzados, más progresistas de este país, mientras que los conservadores, cual inquilino disgustado, se mudaron del PLD a opciones como Fuerza del Pueblo, entre otras.

¿Por qué el PRM atrajo a unos sí y a otros no? Varias cosas. Una fue el compromiso programático, entregado por escrito en enero 2019 y acogido vía proclamación en noviembre.

En institucionalidad y lucha contra la corrupción e impunidad el Gobierno lo está haciendo bien. Hay que reconocer la valía de nombrar procuradoras como Miriam Germán y Yeni Berenice Reynoso, y dejarlas actuar, siendo investigados y procesados hasta funcionarios del partido de poder.

Pero, el PRM también se comprometió a la protección de derechos y en esto definitivamente se ha quemado.

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Un ejemplo es lo que ha pasado con el Código Penal y los derechos de las mujeres. Pese a que lo prometieron en campaña y hoy son gobierno y tienen mayoría legislativa, ni el partido ni el Presidente cumplen la palabra empeñada con las mujeres

Por el contrario, recurren a tácticas dilatorias al hablar de referéndum y leyes especiales o decir no quieren bajar línea, cuando lo han hecho con los proyectos de leyes de extinción de dominio, desarrollo fronterizo, matrimonio infantil, fideicomiso y electoral.

También crean un falso dilema al aseverar importa más actualizar el Código Penal que aprobar las causales, cuando lo cierto es que se pueden hacer las dos cosas.

Además, es mentira que se pague un costo político por disentir de las altas cúpulas de algunas iglesias. La Encuesta Nacional sobre Aborto, publicada por la firma Untold Research, demostró mayoría cristianos católicos consultados apoyan las causales y que la religión no es un factor determinante al momento de votar candidaturas.

Las elecciones pasadas fueron un ejemplo porque candidatos que apoyaron las causales (Faride Raful, Antonio Taveras, José Horacio Rodríguez y Luis Abinader) fueron electos; mientras otros que hicieron campaña en contra no.

De modo que ojalá el Presidente, el partido, sus congresistas y la alta dirigencia reflexionen y paguen la deuda histórica con las mujeres y niñas pobres. No hacerlo sería un engaño que la sociedad debería tomar en cuenta porque hoy es a las mujeres, pero mañana pudiera ser a los médicos, a los empresarios, a los periodistas, a la sociedad civil, a los miembros de sus partidos…

Todavía están a tiempo de cumplir su palabra. Si tal hacen, Dios los proteja y de no, las mujeres, que son el 51% del padrón electoral, le tomen en cuenta el perjurio y la traición, si las venden.

Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital

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