Nocivas escapadas

Nocivas escapadas

Por extendidas evasiones y elusiones cometidas por empleadores, la Seguridad Social, y específicamente el Seguro de Salud del régimen contributivo, recibe menos ingresos de los previstos para sufragar sus servicios, un vicioso incumplimiento que el sistema se propone combatir con nuevas formas de detectar informaciones incorrectas que hacen figurar a asalariados bajo ingresos inferiores a los reales y, en otros casos, reportando nóminas incompletas con notable disminución de montos por cotizaciones. En favor de la estructura de salubridad destinada al universo de los empleados privados no ha existido una efectiva supervisión interna que derive en sanciones legales que correspondan a la magnitud de los daños a la sociedad. Prácticas que no deben seguir siendo enfrentadas benignamente como si se tratara de simples omisiones de pago sin la clasificación que corresponde a los fraudes usualmente llevados a lo penal.
La mutualidad que debe equilibrar los ingresos y gastos del sistema asistencial por excelencia del país está severamente golpeada por una oleada de actos de mala fe que frustran urgentes propósitos de ampliar coberturas a los asegurados y compensar a los médicos y clínicas en la medida que corresponde al alcance de las atenciones que se les reclama. Tras las insuficiencias de la Seguridad está también la muy común y poco combatida informalidad de una economía negadora de protección.

Una diáspora pasando crisis

República Dominicana ha tenido puertas abiertas para muchos venezolanos que escapan del desastre político-social de su país, dejando atrás sus familias y medios ordinarios de vida que el chavismo extingue progresivamente. La mayoría de esos sobrevivientes de la dictadura llega aquí en desamparo, con poco acceso al mercado laboral y en dificultad para cubrir necesidades de alimentación, alojamiento y salud. Sufren espiritual y materialmente. Lo justo sería que el Estado les extienda estatus legal provisional que les facilite emplearse y recibir ayuda social y asistencia médica, que en algunos casos podría llegar de entidades privadas y religiosas. Mientras dure la quiebra institucional de Venezuela, este debe ser un segundo terruño en el que incluso, jóvenes y niños de la patria de Bolívar puedan estudiar. Somos pueblos de similitudes.

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