Ser padre es una experiencia maravillosa, única, personal, claro está, para los que asumen este papel con responsabilidad, conscientes de que es una tarea de dos, que debe ser compartida con su pareja.
Ser un padre dedicado, que además de suplir a sus hijos de las cosas materiales que se requieren para su crianza y desarrollo, también se suma a las atenciones de cuidados diarios, afectos, diversión… es una cultura que cada vez va tomando auge, especialmente en las nuevas generaciones.
A propósito de la celebración del Día de los Padres, mañana, domingo, entrevistamos como ejemplo de uno a tiempo completo, a José Emilio Ramírez, gerente de Ventas y Mercadeo de la empresa Inversiones de Negocios, S.A. (Inesa), quien nos expresa, en esta entrevista exclusiva para ¡Vivir!, su experiencia siendo padre y lo que esto significa para él.
Ramírez, quien está casado con Karen Guerrero, con quien procreó a Paula Sofía hace ya diez años, habla maravillas de cómo convertirse en padre le cambió su vida.
“Antes de ser padre, siempre escuché la maravilla que era serlo, de la experiencia única, pero lo que nunca escuché decir a nadie fue que no volvería a dormir nunca como lo hacía antes, y lo peor, que tendría un agotamiento físico que no me dejaría ser una persona normal. Nadie te dice que vas a perder los nervios; nadie te dice que vas a tener que ver una y otra vez las mismas películas y escuchar las mismas canciones y leer cinco veces al día el libro aquel de la princesa”, expresa Ramírez.
Ramírez, quien se dedica a la distribución de productos cosméticos de producción local y representación de marcas internacionales, añade que nadie advierte a los hombres antes de convertirse en padres que su vida en sentido general será diferente.
“Nadie te dice que vas a hablar más con el médico que con tus amigos; o que te van a poner de mojiganga un par de veces a la semana; tampoco te dicen que para salir de la casa vas a tener que cargar tres bultos más el carrito de la beba, además de que tu esposa te dice que tu vehículo no es apropiado para niños; nadie te deja saber que para juntarte con tus amigos ahora tienes que ser casi mago; o que tu hija , con apenas seis años va a saber usar mejor que tú la
computadora, ni que cuando van creciendo, cada vez te hacen menos caso”.
A pesar de las aparentes quejas de José Emilio Ramírez sobre lo que no le advirtieron, manifiesta hoy una grata satisfacción al contar con su hija preadolescente.
“Estas y otras cosas más hacen de la experiencia de ser padre algo único, un regalo personal que solo se puede comprender cuando lo vives, porque es algo irrepetible y maravilloso, una experiencia que no cambiaría por nada, sin importar lo que nunca me dijeron”, afirma.
“Al día de hoy, ya nuestra Paula Sofía tiene diez años, y delante de nuestros ojos sucede la transición de niña a preadolescente, con todos los cambios y ajustes que esto implica, sus intereses van cambiando y sus gustos van definiéndose más claramente”, dice este padre que no sale de su asombro.
Y añade: “el reto es grande para nosotros como padres, ya que debemos mantener un control sobre sus interacciones sociales, en especial las digitales, las cuales son más importantes cada día, especialmente para ellos. Somos de las primeras generaciones de padres que criamos niños en esta época de redes sociales y apertura de la información, sin tener una guía clara de cómo hacer las cosas. La familia como base de la crianza es cada vez más importante así como el tiempo, y eso es lo que procuramos como padres”.