A partir del momento en que el alcalde de Santiago, Abel Martínez Durán, resultó favorecido en la consulta sobre las preferencias electorales del PLD, han sucedido en esta importante ciudad una serie de acontecimientos políticos negativos para el partido opositor que, en su momento, podría inducir a la alta dirigencia de la organización a reconsiderar la conveniencia de participar en el torneo electoral del 2024 con el señalado precandidato.
Puede leer: Adefesio jurídico contra profesor Rodríguez Bonilla
Martínez, a quien nadie discute el mérito de una gestión municipal aceptable, tiene el contrapeso de su cuestionado paso por la presidencia de la Cámara de Diputados, sus últimos yerros discursivos sobre temas sensibles, y un temperamento que lejos de sumar simpatizantes a la causa política de su partido, está alejando a cientos de dirigentes y militantes, muchos de ellos seguidores del exsenador Julio César Valentín, quien luego de renunciar del PLD acaba de anunciar un proyecto político que denominó “Justicia Social”.
Santiago representa un bastión electoral tan importante que el presidente de la República, Luis Abinader, además de los cuantiosos recursos millonarios que invierte allí, acaba de instalar una segunda sede del Poder Ejecutivo, lo que debe inducir al alcalde Abel Martínez a revisar su accionar político que muchos, incluso en su partido, consideran altanero y prepotente.