La despedida al monseñor Agripino Núñez Collado
Con ojos anegados, entre conmovidos e incrédulos, evidentemente afectados, se acercaban al ataúd a contemplarlo. Ahí estaba, inanimado, silencioso y en paz, el amigo, patrón, sacerdote, “el padre”, “papá”, como algunos le decían. José Ramón Pérez Jiminián, auxiliar en la iglesia y después de su retiro el secretario fiel y administrador de sus medicamentos y […]