República Dominicana tiene una real necesidad de implementar una reforma fiscal que se discuta a nivel país, ya que analizando la cifra del gasto tributario (5.1% del PIB en 2019) se registran grandes “falencias”.
Así lo planteó el representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el país, Miguel Coronado Hunter, al participar como invitado en el Encuentro Económico de HOY.
Coronado Hunter recordó que la reforma fiscal está enmarcada dentro de Plan Nacional de Desarrollo como una de las reformas esenciales que el país debe realizar. Sin embargo, se ha ido postergando.
Entiende que esa medida bebe verse como un ejercicio “muy sencillo”, analizando cuánto el país genera de ingresos y cuánto de gastos. Además de cual es el “país que se quiere”.
Expresó que en el país la presión fiscal ronda el 14%, sin embargo el gasto público es “bastante conservador y bastante rígido”, que se estima entre un 17% y 18%, lo que conlleva a que desde hace muchos años haya un déficit fiscal estructural.
Dijo que en el país se ven eficiencias en el sistema tributario, sin embargo hay oportunidades de mejoras para movilizar más ingresos, con mayor eficiencia y equidad.
Entre ellas citó continuar las mejoras en la gestión administrativa y de recursos humanos de la administración tributaria, incluyendo cambios en su estructura organizacional y en sus procesos operativos.
Además de reducir los gastos fiscales mediante el rediseño de los impuestos más importantes, como por ejemplo: reformar el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) eliminando parte de las exenciones actuales.
También rediseñar el Impuesto sobre la Renta (ISR), ampliar la base imponible del impuesto sobre los activos a terrenos e inmuebles rurales o reemplazarlo por un impuesto mínimo a la renta.
Asimismo, racionalizar los incentivos tributarios reduciéndolos gradualmente para las empresas e inversionistas en las zonas francas, turismo así como adoptar cláusulas de caducidad para los mismos.
Además, rediseñar para el mediano plazo nuevos esquemas de incentivos sobre la base de análisis rigurosos de costo-beneficio y dentro de un marco fiscal de mediano plazo.
Por último, ampliar la base impositiva de todos los impuestos mediante incentivos a la formalización laboral, en particular lar en los sectores de la agricultura, la construcción y las ventas minoristas.
El representante del BID expresó que esas oportunidades de mejoras son necesarias, debido a que hay que recordar que el déficit que se viene generando entre los ingresos y los gastos no se puede seguir financiando por la eternidad con endeudamiento.
Recordó también que la administración pasada tenía énfasis en la administración tributaria, pero en la medida que la población no crea en su sistema tributario va a evadir o aludir el pago de impuestos.
En ese sentido, añadió que es lo que pasa en el país, por lo tanto enfatizó que eso se debe tomar en cuenta para implementar medidas puntuales, de manera que se desvincule toda la carga tributaria a la formalidad y al empleador a fin de que haya más negocios formales.