Muchas personas confunden la tristeza con depresión. Si bien la tristeza persistente es parte de la depresión, llorar frecuentemente y sin aparente motivo, tener ideas suicidas u homicidas, tener sensación de vacío o de desesperanza, perder el interés por las cosas que antes te agradaban, sentirte incapaz de hacer las cosas cotidianas, las tareas escolares, el trabajo, etc., también son signos de depresión.
Sentir tristeza pasajera cuando se nos muere un perrito, o se nos muda un vecino querido, etc., no significa necesariamente depresión. Entre otros signos que se asocian a la depresión, también están la falta de concentración o dificultad para pensar, cambios en el patrón de sueño, cambios en el apetito, pérdida o aumento de peso, sensación de cansancio o fatiga, encierro y aislamiento social.
La depresión es un trastorno del ánimo al cual debemos darle mucha importancia, es el más común y frecuente en la población, crea mucho sufrimiento. Gran número de personas con signos depresivos se suicidan cada día por falta de un tratamiento. Creencias falsas “solamente quitándome la vida puedo encontrar solución a mis sufrimientos” o de que “ya no tengo otra salida”, entre otras, puede llevarnos a la conclusión de quitarnos la vida, si no acudimos a tratamiento.
Puede leer: Inaipi y Unicef acuerdan fortalecer el modelo de atención integral a la primera infancia
Ante ideas y planes suicidas u homicidas, las personas deben acudir de urgencia a buscar ayuda al centro de salud más cercano.
Una persona que tenga dudas sobre este trastorno del ánimo y cualquier condición de salud mental, puede acudir a la unidad que funciona en el edificio de Atención Primaria de la Plaza de la Salud. Un tratamiento oportuno combinado con profesionales de la psicología clínica y la psiquiatría es la solución.
En el Hospital General de la Plaza de la Salud contamos con el Departamento de Salud Mental: psicólogos, psiquiatras y enfermeras que trabajan en equipo para el bienestar de estos usuarios con signos compatibles con la depresión, apoyados por un personal de servicio al cliente cortés, amable, lo que nos permite dar un servicio fluido, eficaz, garantizando la tranquilidad, la seguridad y la confidencialidad.
Si cree tener depresión, acuda a la consulta médica
Si cree tener depresión, no debe quedarse con las dudas. Es preferible que se acerque a las consultas de un psicólogo clínico o de un psiquiatra.
En este corto artículo, no vamos a abordar todos los tratamientos y procedimientos que se usan. Los psicólogos clínicos generalmente abordan el tratamiento psicoterapéutico desde una perspectiva cognitivo conductual.
Estos profesionales hacen diversas interpretaciones que tratan de explicar el porqué de la depresión.
Los psicólogos cognoscitivos creen que la depresión se genera a partir de falsas creencias que están enraizadas en nosotros y que hemos aprendido de forma dogmáticas o sea por “verdades” que nos han enseñado y que las aceptamos como válidas y no cuestionamos si son o no lógicas.
También entrenan a aquellos usuarios con tendencia a la depresión a hacer darse cuenta de que están exagerando, catastrofizando el acontecimiento o tienen baja tolerancia a la frustración o están haciendo juicios falsos sobre los hechos y las demás personas.
Otras veces las personas distorsionan la verdad. Todo esto a nivel metacognitivo, es decir, que la persona no sabe que está procesando las informaciones de forma irracional. Estos profesionales entrenan a sus usuarios en la reestructuración mental.
Los psicólogos conductistas, por su lado, ven la depresión como una falta de reforzamiento por los agentes sociales en torno a las personas; ellos creen que una conducta aumenta la probabilidad de aumentar su ocurrencia si la consecuencia es reforzante, es decir, que si un padre llega a la casa, encuentra su hijo estudiando y lo abraza y lo elogia, es probable que esa conducta del padre después que su hijo estudia pueda aumentar la conducta de estudiar de su hijo en el futuro. Si aumenta la conducta, es probable que los abrazos y los elogios del padre sean los estímulos reforzantes. Para saber si la consecuencia al finalizar una conducta es reforzante, debemos verificarlo en la práctica, ya que un refuerzo puede funcionar para alguien, pero para otros no. También podemos encontrar el tratamiento psicoanalítico a través de enfrentar nuestros pensamientos inconscientes reprimidos, entre otros tratamientos.
Por otro lado, existe el tratamiento médico psiquiátrico en base a psicofármacos. Algunas personas con signos depresivos no se acercan a los psiquiatras por las falsas creencias, entre otras, de que esos profesionales son “para locos” o porque van a “crearme adicción” a los psicofármacos o medicamentos.
Todos estos tratamientos combinados son más efectivos. El tratamiento cognitivo-conductual simultáneamente con psicofármacos, es lo recomendado en caso de la depresión y otros problemas de salud mental, para una más rápida y efectiva recuperación del usuario.
En comunidades lejanas donde no se encuentre un psicólogo y/o psiquiatra, y, en todo caso, las personas con signos suicidas u homicidas, es recomendable animarse a compartir sus creencias y sentimientos con un amigo o hablar con el sacerdote o el pastor de una iglesia o un médico o con un miembro de la Defensa Civil o a una enfermera, el farmacéutico, etc., pero no debe aislarse con sus pensamientos generalmente irracionales, que lo pueden llevar a una conducta fatal e irreversible.
Palabras claves: suicidio, procesos metacogntivos, psicoterapia, pensamiento irracional, reforzamiento.