Desafíos para RD ante crecientes funciones de Inteligencia Artificial

Desafíos para RD ante crecientes funciones de Inteligencia Artificial

Mientras República Dominicana figura entre los países que están a la zaga en inversión en inteligencia artificial, hay naciones que han asignado a esta tecnología roles de regulador.

Es el caso de Albania, que acaba de nombrar a la IA “Diella” como ministra de contratación pública, con el objetivo de conseguir que haya licitaciones «100 % incorruptibles» y gastos «100 % legibles» para el público.

Otros países han dado pasos en igual dirección, con la creación de cargos ministeriales o de gobierno dedicados a IA o tecnologías digitales, pero sin autoridad ministerial plena: Emiratos Árabes Unidos tiene un “Ministerio de Estado para la Inteligencia Artificial, Economía Digital y Trabajo Remoto” con Omar Al Olama, mientras Francia nombró a Clara Chappaz como Secretaria de Estado (o Ministro Delegado) para la Inteligencia Artificial y Tecnologías Digitales.

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Estos pasos muestran una tendencia: sus gobiernos están creando roles importantes para IA, lo que puede ser revolucionario y hacer más eficientes a los gobiernos, pero también aumenta los riesgos: dar a máquinas funciones humanas tiene de por sí altos riesgos, pero estos son mayores cuando le asignamos funciones públicas.

El desafío que esto representa para República Dominicana es grande porque el problema no es sólo que esa tendencia obliga al país a hacer inversiones en tecnología que la saquen del rezago, sino que eso tiene que llegar acompañado de los talentos que requiere el manejo de esa tecnología y de la regulación que mitigue los riesgos.

Particularmente, es importante que el país se vaya preparado para evitar que se ensanche la brecha tecnológica y de gobernanza.

De no hacer lo necesario en estos temas, el país podría caer en una dependencia aún mayor de estándares externos, impuestos por las potencias tecnológicas.

Además, habría que evitar que en la medida que la IA empiece a mejorar la eficiencia en la gestión pública y privada en otros países (desde la administración tributaria hasta la política industrial), la brecha de competitividad se amplíe en perjuicio nuestro. De esta manera, en comercio, inversión extranjera y atracción de talento, el país podría perder atractivo frente a países que ya usan IA para acelerar procesos, reducir costos y generar predictibilidad.

Como advierte la sabiduría que los tiempos le dan la fuerza de lo incuestionable: “El país avanza con pasos cansinos en una carrera donde la inteligencia artificial es ya viento de huracanes, y teme que, por quedarse en la estela, no logre cosechar los frutos ni esquivar las tormentas”.

Mario Mendez

Mario Mendez

Licenciado en Economía, del Instituto Tecnológico de Santo Domingo
(INTEC), con más de 40 años de ejercicio en el Periódico HOY.