Por mucho que me esfuerce es poco lo guardado en el baúl de los recuerdos con anterioridad al año de 1949 cuando apenas contaba 4 años. Mi tío paterno, Ramón Sarita, nativo del municipio de Altamira, era alistado del Ejército con base en la capital dominicana, se escapaba uno que otro fin de semana para visitar a una jovencita de la cual estaba ciegamente enamorado. Llegó a mi casa uniformado de kaki con gorro y corbata, cargando sobre sus hombros mi diminuta figura infantil. Yo lo despojé de su atuendo craneal y me lo ajusté sobre la cabeza. En mi mente juvenil percibía el suelo del camino a una enorme distancia. En el trayecto hacia la vivienda de su Dulcinea, tío Ramón me confiaba un secreto, había logrado arrancar el sí a mi padre para que permitiera mi mudanza a la ciudad primada y viviera permanentemente con él. La emoción que sentí fue una agradable sorpresa, casi como un sueño volcándose en realidad. Sabía que papá odiaba el uniforme militar, pues apenas con unos meses de antelación, un íntimo amigo suyo había caído víctima del régimen de turno, tras el desembarco en la Bahía de Luperón de la fracasada expedición de junio de 1949.
Ansiaba entrar a la escuela, pero aún debía esperar 3 años pues solo luego de haber cumplido los siete años se permitía la admisión oficial al sistema escolar estatal.
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Contaba los días y meses sucesivos esperando la mudanza. El 23 de diciembre de 1950, Día del Niño, veía sazonado y montado en su puya al lechón que sería asado en las brasas nocturnas para ser degustado el 24, fecha de la Nochebuena. Algo trágico hubo de acontecer, en lugar de mi adorado tío volver a recogerme llegó un telegrama anunciando su muerte. El llanto inmenso, caótico y profundo se impuso en todo el seno familiar. Se hizo un velorio simbólico y el cerdito sirvió de comida para la muchedumbre que allí se dio cita espontánea.
Caída la oprobiosa dictadura de Trujillo luego de su ajusticiamiento la noche del 30 de mayo de 1961, el 20 de diciembre de 1962 se celebraron las primeras elecciones libres en la República Dominicana con el triunfo arrollador del profesor Juan Bosch candidato del Partido Revolucionario Dominicano. La esperanza popular renacía cuando el 27 de febrero de 1963 se instalaba en el Palacio Nacional un Gobierno democrático elegido por el voto mayoritario de la población. Siete meses después un cruento golpe de Estado haría añicos las sanas esperanzas dominicanas. Tres meses más tarde una pléyade de jóvenes se inmolaría en las montañas quisqueyanas tratando de restaurar el orden constitucional interrumpido. El 21 de diciembre de 1963 caían fusilados por el Ejército en las lomas de nuestra cordillera Central el líder máximo de la Agrupación 14 de junio Manolo Tavares Justo y un selecto grupo de acompañantes.
El 15 de diciembre de 1973 Juan Bosch crea el Partido de La Liberación Dominicana como una escisión del Partido Revolucionario Dominicano, con la intención de completar la obra política de Juan Pablo Duarte, fundador de la nación dominicana.
En diciembre de 2023 se completan cuatro navidades de Gobierno del Partido Revolucionario Moderno, luego de 12 nochebuenas continuas de mandato del Partido de la Liberación Dominicana. En cada Navidad todos soñamos con un mejor diciembre.