Santo Domingo 25ºC / 30ºC
Guardianes de la verdad El País

Casa Abierta: los adictos son enfermos, no delincuentes

casaaaaas

casaaaaas

Hainan Reynoso Uribe
Publicado por

Creado:

Actualizado:

En el país operan entre 80 y 100 instituciones que trabajan en la atención de personas con consumo problemático de drogas o en riesgo de caer en la adicción. Sin embargo, la gran mayoría son centros residenciales, enfocados en quienes ya presentan dependencia.

Entre ellas destaca Casa Abierta, organización pionera en prevención y tratamiento ambulatorio, cuya trayectoria supera las cinco décadas. El director ejecutivo, Raddamés de la Rosa Hidalgo, explica que el trabajo de la entidad se centra “en la prevención con población no consumidora o en riesgo y en la atención ambulatoria de quienes ya tienen problemas de consumo”.

El enfoque preventivo, sin embargo, choca con un panorama precario. Las instituciones que trabajan el tema enfrentan escasa atención del Estado, limitaciones presupuestarias y carencia de recursos humanos especializados. “La mayoría de los centros de tratamiento operan sin apoyo público ni financiamiento estable. No hay programas de reinserción ni un sistema nacional de formación para atender el tema”, advierte De la Rosa.

Prevención y acompañamiento

Casa Abierta mantiene su sede principal en el ensanche Luperón, en Santo Domingo, donde funciona también el área de psicología y psiquiatría. A esto se suma la Ludoteca Casa de la Infancia, ubicada en el barrio Simón Bolívar, que ofrece acompañamiento a niños y adolescentes en riesgo.

También tiene sedes en Santiago y San Francisco de Macorís. En la capital, atiende mensualmente entre 130 y 160 pacientes, de los cuales una decena corresponde a casos de adicciones. Las sustancias más frecuentes son alcohol, tabaco, marihuana y cocaína.

En la ludoteca, alrededor de 50 a 65 niños participan en actividades formativas y recreativas. En Santiago, 200 personas participan en programas de educación comunitaria; mientras que en San Francisco de Macorís, la Escuela Cultural de Casa Abierta acoge a 25 estudiantes de música y 15 de teatro y ballet folklórico, además de acompañar a 301 niños en 13 centros escolares.

El director De la Rosa destaca que estos espacios buscan romper el círculo del consumo, desde la educación y la cultura, ofreciendo alternativas de desarrollo humano y social.

Desafíos comunes

Aunque existen vínculos entre instituciones, la coordinación todavía es frágil. “Cuando recibimos un caso que no puede manejarse de forma ambulatoria, lo referimos a centros residenciales , muchos de ellos manejados por iglesias con pocos recursos”, explica el director de Casa Abierta.

El país carece de un sistema articulado que integre a las organizaciones dedicadas a la prevención y al tratamiento. “No hay políticas nacionales que aseguren continuidad ni estándares en la formación del personal que trabaja el tema”, lamenta.

Las consecuencias de esa desarticulación se sienten en el terreno: pacientes que abandonan tratamientos, familias desorientadas y una falta de programas de reinserción social para los que logran superar la dependencia.

Puedes leer: Esperanza, dignidad y amor frente a la parálisis cerebral

De la Rosa considera urgente revisar la política nacional sobre drogas, para que deje de centrarse exclusivamente en la persecución del narcotráfico y priorice la reducción de la demanda a través de educación, prevención y atención integral.

Enfermos, no delincuentes

El director de Casa Abierta insiste en que el consumo problemático debe tratarse como un asunto de salud pública, no de represión. “La mayoría de las personas con problemas de drogas no son delincuentes, son enfermos que necesitan atención, cuidado y acompañamiento, no persecución ni cárcel”, afirma.

En su realidad, el país carece de estrategias sostenidas de prevención y reducción de riesgos, mientras los jóvenes crecen expuestos a un entorno que promueve el placer inmediato, la evasión y el consumo. “Si no hay prevención ni tratamiento, la puerta de entrada se mantiene abierta y no hay salida posible”, advierte.

Cree que la sociedad debe asumir que la lucha contra las drogas no se gana solo con policías, sino, con educadores, trabajadores sociales y familias acompañadas. “Hay que quitarle clientes al tráfico, no solo perseguir al vendedor”.

Sobre el autor
Hainan Reynoso Uribe

Hainan Reynoso Uribe

| Periodista con casi 27 años de experiencia. Licenciada en Comunicación Social con maestría en Ciencias Políticas para el Desarrollo Democrático. Correctora de estilo, locutora, maestra de ceremonias. Guardiana de la Verdad.

tracking