Cuáles riesgos enfrentará la humanidad en los plazos de dos y diez años? Este fue uno de los elementos de análisis de la reciente edición del Foro Económico Mundial y concuerdo en la identificación de la polarización de la sociedad como uno de los riesgos globales.
Se trata no del histórico conflicto de clases, sino de la división en extremos opuestos de la opinión pública y de la política. Y es que una cosa es la saludable pluralidad de ideas, sustento ideológico del sistema democrático, pero otra es la proliferación de ideas de extrema derecha (antiderechos, antimujeres, antimigrantes y antidiversidad) que hacen lucir al centro como radical, y cuyas bases son fakes news y campañas de desinformación.
La reedición de esas ideas fascistas en la vida política, social y electoral de las naciones implica un retroceso de la humanidad, que después de tragedias como el holocausto judío, avanzó y consensuó el reconocimiento internacional de los derechos humanos, siendo la creación de Naciones Unidas y los juicios de Núremberg, muestras de ese proceso.
Sin embargo, ultimamente presenciamos una nueva ola que a veces por moda, otras por atraso y en muchos casos por una simple búsqueda de sonido ha creado una aurora de cheverismo para ideas nada democráticas que cuestionan la garantía de derechos.
Precisamente, son estas ideas, que vienen empacadas en cheverismos, popularidad, shows, views y likes, el caldo de cultivo para atentados a sistemas democráticos que han desencadenado en episodios como el intento de golpe de Estado en Brasil, la toma del Capitolio en Estados Unidos y la pretensión de asesinar a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández.
Son el fanatismo, el populismo y el discurso de odio que están utilizando figuras, partidos y grupos de extrema derecha los que están ocasionando tal nivel de polarización política y social. Además ha venido acompañado de un cambio político -cultural preocupante, documentado en el Latinobarómetro de las Américas: la disminución del apoyo a la democracia.
Así, por ejemplo, en el caso dominicano, al 2021, el Informe Regional de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), indicó que el 68 % de la población dominicana está dispuesta a tener un Gobierno no democrático, siempre y cuando sea eficaz.
Ahora, que es cuando legalmente iniciará la campaña política dominicana, rehuyamos de esta tendencia, abandonemos algunos intentos que están en ciernes y evitemos así tener luego que poner la barba en remojo.
Tengamos claro que además de los desafíos económicos y ambientales que plantea el corto y largo plazos, la sostenibilidad de la especie humana pasa por entender, de una vez y por todas, que la mejor forma de existir es coexistiendo y que para eso es vital garantizar todos los derechos, para todas las personas.